Siete décimas por vuelta. Ese fue el peaje a pagar por Max Verstappen debido a los daños provocados por suchoque con George Russell en la salida de la carrera al sprint del Gran Premio de Azerbaiyán.

El incidente sucedió en la curva 2 del circuito de Bakú, cuando el piloto neerlandés intentó rebasar a Russell por el exterior. El británico no cedió y acabaron tocándose, lo que provocó que se abriese un agujero en el lateral del Red Bull.

En la siguiente curva, Verstappen quiso devolverle la jugada intentando adelantarle de nuevo por fuera, aunque perdió el control del coche y acabó rozando el muro.

A pesar de que visualmente los daños eran muy evidentes, el ritmo mostrado por Verstappen hacía pensar que no tenían un impacto significativo en el rendimiento del su RB19, ya que no tuvo ningún problema para seguir el ritmo de Charles Leclerc.

Sin embargo, el jefe de equipo de Red Bull, Christian Horner, habló sobre el incidente y cuantificó las pérdidas que este causó en la velocidad del monoplaza de Verstappen. "Es difícil de calcular, pero tuvo que ser, cuando ves cómo quedó la carrocería, al menos siete décimas de segundo por vuelta. Luego hubo otras complicaciones con las temperaturas porque el aire no pasaba a través de las cápsulas laterales", explicó Horner a 'Sky Sports'.

Este choque provocó una acalorada discusión entre Verstappen y Russellal terminar la carrera. El máximo responsable de Red Bull achaca la reacción del campeón del mundo a su fuerte temperamento y asegura que no va a olvidar el incidente.

"Creo que estaba comprensiblemente molesto con eso. Le expresó su opinión a George. Probablemente fue una buena idea que se dejara puesto el casco puesto. Puedes entender eso, es un piloto competitivo. Es como un elefante, lo recordará por un tiempo", ha asegurado Horner.