En 2012, la Fórmula 1 no estaba dominada por un solo equipo. En aquel año, Red Bull, Ferrari y McLaren eran superiores al resto, aunque entre 2010 y 2013 Red Bull reinara con Sebastian Vettel, ganando cuatro títulos en cuatro años.

Sin embargo, Lewis Hamilton, que ese año estaba en McLaren, pensó en que era el momento de salir del equipo que le hizo debutar, en busca de nuevos retos y un proyecto más ambicioso.

Dado el dominio de los austriacos, el piloto británico se interesó para fichar por Red Bull, tal y como reconoció en el pasado Christian Horner. Sin embargo, desde Red Bull no vieron con buenos ojos juntar a Hamilton y Vettel, por las chispas que podrían haber saltado entre ambos pilotos.

Sin embargo, cuando Horner se enteró de que Mercedes estaba interesada en fichar a Hamilton, no dudó en hablar con Niki Lauda, consejero de Mercedes en aquel entonces.

"Era la temporada 2012 y estábamos luchando contra McLaren, que en ese momento tenían el coche más rápido, y sentimos que Lewis podía ser una amenaza para la escudería de Woking. Lewis dudaba en renovar con McLaren, así que alenté a Niki a invertir algo de dinero", dice Horner.

Finalmente Hamilton fichó en 2013 por Mercedes, ya que además le llamaba mucho la atención el proyecto híbrido de la escudería alemana a partir del año 2014. Esta fue la peor decisión que pudo tomar Horner, ya que el británico ha reinado desde que aterrizara en Mercedes, llegando a convertirse en heptacampeón del mundo.