Tras completar una gran pretemporada, ser el equipo más consistente y a pesar de no lograr la pole del Gran Premio de Bahrein, Red Bull partía en Sakhir como el principal favorito de la parrilla con Max Verstappen al frente.

El neerlandés salió bien, aguantó el empuje de Charles Leclerc desde la primera posición y ambos mantuvieron una intensa lucha de adelantamientos que se terminó llevándose el monegasco al saco.

En la recta final de carrera, Con Leclerc primero, Verstappen segundo, Sainz tercero y Pérez cuarto, desde Red Bull veían con buenos ojos el resultado, más aún cuando Hamilton quedaba rezagado detrás, pero a falta de unos giros todo cambió.

Primero fue el RB18 del neerlandés el que abandonó, permitiendo al mexicano ponerse tercero y tener serias opciones de podio por delante de Lewis. Sin embargo, apenas un par de giros después, 'Checo' trompeó y también tuvo que abandonar.

'Mad Max', que arrancó con problemas de sobrecalentamiento en los frenos, siguió con anomalías en la dirección asistida del volante fruto de un 'pit-stop' (se elucubra con un fallo con el gato) y terminó con un K.O. de la bomba de combustible, misma razón del abandono de Pérez.

Tras la carrera, Verstappen se mostró contrariado: "Nos hemos sentido muy competitivos durante todo el fin de semana, así que el resultado de hoy ha sido muy desafortunado para nosotros. Los problemas empezaron con los frenos, se estaban sobrecalentando. Tuve que despegarme de Charles, perdí ritmo y tuve que dejarle ir".

"Después de eso, tuve algunos pequeños problemas con el equilibrio del coche y después de mi última parada, la dirección asistida se bloqueó. Eso hizo muy difícil pilotar, así que defenderme de Carlos en la resalida no fue fácil", añadió.

"El problema final parecía con el sistema de combustible, por lo que tuve que retirarme. Fue extremadamente doloroso tener que abandonar con los dos coches. Todavía no sabemos exactamente qué salió mal, pero definitivamente analizaremos los datos y nos aseguraremos de que aprendemos de ellos", zanjó.

Paralelamente, Christina Horner, jefe de Red Bull, señaló en 'Sky' que el final de carrera fue una "pesadilla": "No puedo recordar la última vez que nos pasó esto, pero obviamente es nuestra peor pesadilla".

"Es muy decepcionante, no sólo perder un podio de Max, sino también perder un podio con Checo en la última vuelta", señaló el austriaco.

Para Yeda confían en subsanar los problemas: "Sólo necesitamos recuperar los coches, desmontar el sistema de combustible y entender qué ha pasado, porque sabemos que el combustible estaba allí. Eso es frustrante".

"Creo que el lado positivo para nosotros es que teníamos un monoplaza muy competitivo, no creo que tuviéramos el ritmo de Charles, pero hubo una gran carrera entre Max y Charles", zanjó Horner.

A pesar del resultado final en Sakhir, Red Bull demostró que el RB18 es muy competitivo, más que el Mercedes, y que seguro dará guerra. Con Ferrari ahora mismo en cabeza, y los de Brackley siempre presentes, se augura un Mundial muy competido.