Con la nueva reglamentación técnica previa al importante cambio normativo que se ejecutará en 2022, Alpine ha sacado partido a las nuevas directrices de la Fórmula 1 que obligan a tener un difusor y suelo limitados por normativa para controlar el agarre en el tren trasero.
Estas afectan directamente a la parte trasera y al fondo plano, por lo que para potenciar la aerodinámica, los ingenieros de Alpine han innovado en la tapa motor, 'engordando' la toma de admisión y cubierta motor.
¿El resultado? Un monoplaza más típico de décadas anteriores a los que se pueden apreciar actualmente en el 'Gran Circo', que priorizan una parte trasera mucho más estrecha para lograr un mayor flujo aerodinámico, hecho que Alpine quiere conseguir con una apuesta totalmente distinta al resto del paddock.
Así lo ha explicado Marcin Budkowski, director ejecutivo de Alpine: "Descubrimos que adelgazar los pontones (tomas de aire laterales al asiento del coche) era una decisión acertada, pero no novedosa. Así que hemos modificado el paquete del motor y reubicado algunas de las piezas de más volumen, colocándolas detrás de la toma de admisión".
"Da una forma bastante espectacular y voluminosa al coche, pero encontramos que funciona para nosotros. Compromete elementos como el centro de gravedad, pero por lo general el rendimiento aerodinámico gana sobre el peso y ese aspecto", ha añadido Budkowski.
De esta manera, el Alpine A521 de Fernando Alonso y Esteban Ocon cuenta con la tapa más ancha de la parrilla, situada entre la chimenea de la toma de aire y la parte trasera.
Este volumen mayor está visto desde Enstone como una carta importante a jugar en la partida del Mundial de Fórmula 1 de este año, aunque aún es pronto para sacar conclusiones.
Hasta el momento, y por lo visto en los test de pretemporada de este fin de semana en Baréin, el nuevo monoplaza de Alonso en su regreso a la categoría en la que se coronó campeón en 2005 y 2006 parece ser competitivo y una seria apuesta para liderar la zona media de la clasificación.