Sí, sí tenían motivos en Aston Martin para ser optimistas. Para estar confiados con su ritmo. Para creer en Brasil. Para que sea, quizá, ese punto de inflexión que tanta falta hace viendo cómo ha ido todo desde la vuelta en agosto. Viendo los puntos que han sumado tanto Fernando Alonso como Lance Stroll desde agosto a esta parte. Y sí, sin duda tenían motivos para ser positivos en Interlagos.

Porque el ritmo estaba. Porque parece que, por fin, han entendido el coche. Que han comprendido que lo mejor es lo viejo con lo nuevo. Que así, a volar. Que es la mejor forma de optimizar el monoplaza. O, al menos, que ha sido la mejor forma de hacerlo en Brasil.

Algo se intuía en los Libres 1. Algo se comprobó en la clasificación. Algo quedó claro en el sprint. Porque las tres sesiones, que habrían sido cuatro de no ser por Esteban Ocon, sirvieron para ver que el AMR23 estaba 'on fire' en Brasil. Y de no ser por esos problemas en la salida...

Y en la curva 4...

No fue bueno el arranque. Ni a la primera ni a la segunda tras la bandera roja por el accidente de Albon y de Magnussen. Pero en cuanto Alonso cogió velocidad cómo lo sintió Hamilton.

Lewis adelantó tanto a Fernando como a Stroll en el arranque. En el primero. En el segundo ya notó al asturiano en el cogote. En la curva 4 llegó el momento.

Tremendo hachazo le soltó Alonso. Fernando tenía más ritmo. Aprovechó el rebufo y por el interior sobrepasó a Lewis Hamilton, que no pudo hacer nada ante la potencia del AMR23.

Esta vez parece que sí

Muy rápido el asturiano con el blando. Y muy rápido también Stroll con el medio. Parece que sí. Parece que por fin Aston Martin está para plantar batalla. Que está para hacer lo que dejó de hacer y que tan bien hizo al comienzo del Mundial.