Carrera marcada en rojo siempre es la del GP de Mónaco. Por tradición, y también por lo complicado que es pilotar a tal velocidad con un Fórmula 1. Por lo cerca que están los muros. En este 2022, además, la lluvia dificultó todo, con una bandera roja que retrasó casi una hora la prueba. Fue la primera, y no la última. Mick Schumacher provocó otra.

Fue en la vuelta 30 cuando mandaron de nuevo a los coches al 'pit lane'. El motivo, la reparación de las barreras tras un accidente fortísimo del piloto alemán de Haas. Tan fuerte es que su coche, por segunda vez esta temporada, terminó partido en dos.

El alemán perdió por completo el control del coche. Primero, adiós al alerón delantero. Luego, un duro impacto contras las protecciones que hizo temer lo peor.

Lo primero, la radio de Haas. La respuesta de Schumacher fue inmediata. El piloto estaba bien. Mick salió del monoplaza por su propio pie, y miró al coche sin entender bien qué estaba pasando. Sin entender bien qué había pasado para que el coche se partiera por la mitad.

Muy parecido fue todo a lo que sucedió en el GP de Arabia Saudita, cuando Mick Schumacher también sufrió un grave accidente que hizo que el coche se rompiese. El alemán no pudo participar en esa carrera.