Max Verstappen es el gran nombre de la F1 actual, por su presente y por su futuro. El neerlandés cuenta ya con un Mundial en su haber, y con un gran Red Bull está en camino de lograr el segundo. Es líder del campeonato, y parece estar un escalón por delante del resto de contendientes.
Su equipo, feliz. El joven es parte de la 'idea' Red Bull, de formar pilotos en sus equipos inferiores, en su cantera, y ver cómo posteriormente triunfan en la Fórmula 1. Es, lo que viene siendo, un Sebastian Vettel.
Desde Toro Rosso llegó al equipo grande, y en su primera carrera con los de las bebidas energéticas logró la victoria en Barcelona, en el GP de España. En cuanto el coche ha acompañado, campeón del mundo.
"Sabe a la perfección qué quiere el coche"
Adrian Newey, el gran nombre detrás de cada Red Bull y el principal responsable del coche de los austríacos al ser él quien los diseña, ha comparado a Verstappen con un doble campeón del mundo de Fórmula 1.
Ese bicampeón es Mika Hakkinen. El finlandés logró los títulos de 1998 y de 1999 con McLaren, y Newey, ingeniero de Red Bull, ve mucho en Verstappen de él.
"Mika era un piloto que no hablaba mucho. En ocasiones tenías que entender bien lo que decía. Era un gran piloto. Yo pongo a Max ahí, en esa misma categoría. Sabe a la perfección lo que quiere el coche", cuenta.
Y ve clave como los dos hablan con sus ingenieros: "Saben cómo deben hacerlo para lograr sus objetivos".
"Su imagen de agresivo, fuera de contexto"
Newey, además, quiere romper con la imagen de Verstappen de piloto agresivo: "Es muy calmado y preciso a la hora de la verdad. Tiene unos reflejos tremendos. Es un placer trabajar con alguien commo él".
"Su imagen de piloto agresivo está sacada de contexto. Lo del año pasado estaba completamente injustificado. Quizá en sus comienzos en F1 sí era así, pero ya no", sentencia en palabras en 'Racing News 365'.