Romain Grosjean fue uno de los nombres más ilustres de la Fórmula 1 en la década de los 2010. Tras su debut como compañero de Fernando Alonso en 2009, en Renault, el francés regresó en el equipo Lotus y firmó un 2012 brillante que quedó marcado, eso sí, por un par de accidentes que le dejaron señalado.

Todo, según cuenta en palabras que recogen en 'Motorsport', por lo que sucedió en el GP de Europa. En una carrera que ganó Fernando Alonso remontando desde el undécimo puesto y en la que él llegó a verse en lo más alto del podio.

"Tras esa carrera intenté ganar en vez de aceptar que a veces era suficiente con ser segundo, tercero o quinto. Solo quería ganar. Por eso sucedió lo de Spa", dice.

Spa 2012, la carrera que pudo acabar en tragedia

Habla, en este caso, del accidente con Fernando Alonso en el que el monoplaza de Grosjean pasó rozando la cabeza del asturiano. Faltó poco, muy poco, para que sucediera una tremenda tragedia.

Luego, Japón, después de cumplir sanción por lo sucedido en Bélgica. Ahí hizo trompear a Webber en la salida, y Mark llamó "loco de la primera vuelta" a Romain.

"Todos me tenían en su radar"

"No fue muy amable. Todos cometemos errores, y él también los cometió. Fue complicado... porque luego todos me tenían en su radar. Estás en una situación en la que es casi imposible salir. Y cada vez que lo intentas te vuelven a meter", insiste.

Grosjean, quien admitió que buscó ayuda psicológica después de todo eso, termina diciendo que debió ganar al menos tres carreras de F1.

"Nunca lo logré, pero debí vencer en Valencia 2012, en Nurburgring 2023 y finalmente en Japón", sentenció.