El Real Madrid ha abierto las puertas a sus socios en una sesión matutina marcada por el frío en el Estadio Alfredo Di Stéfano. Desde las 10 de la mañana los aficionados blancos abarrotaban ya las inmediaciones del estadio en busca de un asiento en el que sentarse de cara al entrenamiento que comenzaba a las 11:05h.

En total 5.700 socios madridistas han podido disfrutar del entrenamiento a puerta abierta de los de Carlo Ancelotti. Un entrenamiento que se ha basado principalmente en los habituales rondos para entrar en calor, centros laterales y, por supuesto, disparos a portería.

Este entrenamiento también ha servido para ver el regreso de jugadores como Vinicius Jr., Rodrygo, Carvajal y Arda Güler, quienes completaron unos ejercicios por separado con Pintus para finalmente completar la sesión jugando un partido con sus compañeros. Los que sí que no pudieron saltar al verde fueron Mendy, Camavinga y Lucas Vázquez, quienes se ejercitaron en el interior de las instalaciones.

Ante el clamor de los aficionados, hubo un nombre que resonaba continuamente en la grada. Antonio Rüdiger, que ya de por sí tiene a todo el madridismo en el bolsillo, deleitó a los aficionados con sus habituales despejes y su eterna sonrisa.

Al término de la sesión, los jugadores merengues se acercaron a la grada para devolver todas las muestras de cariño recibidas. Fotos, autógrafos y toda clase de recuerdos para una afición entregada a los suyos: "Es muy bueno sentir el cariño de los aficionados. Es la primera vez para mí y estoy muy agradecido", señalaba Bellingham.

El inglés fue el gran reclamo de una hinchada que hizo lo posible para tener firmada su camiseta: "Se la tiré desesperado porque veía que era imposible, y ha cogido y me la ha firmado".