Ricky Rubio ha concedido una entrevista en 'The Athletic'. El mismo día en que ha hecho oficial que va a entrenarse con el Barça, tras poner punto y final a su etapa en la NBA, el base ha hablado para sincerarse sobre su trayectoria y también sobre ese aspecto mental que le hizo pausar su carrera deportiva en el baloncesto.
Desde el principio hasta el día de hoy: "Nadie me obligó a jugar. Me enamoré de este juego, por todas sus complejidades y todos sus detalles. Si no jugaba sabía que lo iba a echar de menos... estaba dentro de mí".
Y así lleva siendo desde hace mucho, mucho tiempo: "No pude ni plantearme si quería ser profesional de lo rápido que fue todo. Con la Selección no tenía miedo. No sabía que había cosas que podían torcerse".
En ese sentido, habla de lo que sucedió en Badalona: "Aquellos recibimientos fueron algo que quedó en el olvido. Quería dejar atrás eso. Si me hubiera dejado llevar por él me habría destruido. Tenía 18 años, y muy duro para mí. Fue cuando me di cuenta de que todo esto es un negocio".
"Si te mientes a ti mismo..."
"Tengo escalofríos cuando pienso en esos días en que todo era oscuro. Algo nublaba mi mente, y no podía superarlo. Ahora, con la ayuda que necesitaba, estoy mucho mejor. Me estoy reconstruyendo de dentro hacia fuera, y no de fuera hacia dentro. Si te mientes a ti mismo, se acaba volviendo en tu contra... y es lo que me ha pasado", cuenta.
Y prosigue: "La noche del 30 de julio fue de las más duras de mi vida. La última lesión con los Cavs fue dura, pero no fue el gran factor que me llevó a eso. Fueron cosas pequeñas que estaban ahí, y que volvieron. Quiero ver si em encuentro mejor, y sé que todo será diferente. Lo primero es pensar en mí. Todavía estoy recuperándome".
En ese sentido, habla de su carrera en la NBA: "Me gustaría haber ganado un título... pero al final me doy cuenta de que lo disfruté. Hubo malos momentos, por supuesto. Pero aprendí mucho e hice muchos amigos".
"Me sentía invencible... y llegó la lesión"
"Me sentí invencible en un momento. Pero llegó la lesión. Me dije que no podía afectarme... que no podía irme mal. Siempre pienso en esa lesión y en cómo podría haber sido todo sin ella. Me lo estaba pasando tan bien esa temporada...", cuenta.
Porque en los Cavaliers todo parecía perfecto: "Estaba en un equipo que necesitaba que rindiera a mi mejor nivel, y yo me sentía como nunca. En mi prime físico y mental. Todavía creo que no he superado eso. Perdí la confianza. Todo encajaba... ¿y me tenía que tocar eso?"
"Tenía que esconder mis sentimientos. Tenía que hacerlo para que no afectase a mi juego. Es duro, porque a veces hay oportunidades que no se repiten. Si no subes a esos trenes no sabes qué podría suceder. Ahora creo que ojalá haber disfrutado más en esas primeras etapas de mi vida", explica.
"Es mi anillo de campeón"
Pero lo tiene claro: "Prefiero ser una buena persona que un gran jugador. Ese es mi anillo de campeón. Al final, te recordarán por cómo eras y cómo les hacías sentir".
Ricky, en su entrevista, habla de la muerte de su madre: "Estaba perdido. No sabía ni quién era. Debía reconstruirme. A mucha gente le pasa. Un momento en que se pierde, que necesita reencontrarse con los motivos para vivir. Por suerte lo controlé a tiempo. Ahora sé que no estoy solo".