Los Cleveland Cavaliers vencieron a los Charlotte-Hornets en la madrugada del viernes, por un punto de diferencia, en uno de los partidos que pasarán a la historia de la NBA. Pero no por la calidad del partido en sí, sino por una surrealista decisión arbitral.
A falta de cuatro minutos para el final y con el partido detenido, Mason Plumlee jugó con Terry Rozier, que lanzó a canasta en busca de anotar un triple. Fue entonces cuando Ed Davis, que se encontraba en el banquillo de los Cavs, tocó a Rozier, ya suspendido en el aire.
El triple no entró, los colegiados señalaron falta técnica al jugador de los Cleveland Cavaliers y dieron como válido el lanzamiento, que tocó el aro. Los tres puntos subieron al marcador de los Hornets.
La franquicia de Carolina del Norte anotó, además, el tiro libre provocado por la falta técnica y, en un suspiro, remontaron cuatro puntos, de 80-90 a 84-90. La surrealista decisión arbitral fue protestada, de forma airada, por todo el banquillo de los Cavaliers. A pesar de las quejas, el tiro libre se lanzó y subió al marcador.
Finalmente los Cleveland Cavaliers se impusieron por 101-102 en el Spectrum Center y provocaron la tercera derrota consecutiva de los Charlotte Hornets.