Este año, a muchas personas los síntomas de la gripe se les están haciendo eternos. En la calle hay quienes aseguran que llevan enfermos hasta dos semanas. Otros van camino de los 10 días. Y esto no es una sensación sino que es real porque en algunos casos, los síntomas se alargan más allá de los siete días, que es lo que suele durar la gripe en su fase más aguda. Tos que no remite, malestar corporal que no se va o, incluso, dolor de estómago.

Esto tiene una explicación y tiene mucho que ver con la pandemia de COVID: este año no hemos hecho uso de las mascarillas . "Durante los años de pandemia apenas hemos tenido casos de gripe y eso ha hecho que nuestro organismo haya perdido un poco de memoria inmunológica frente a este virus", señala Ángel Gil, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos.

Además este año, según los expertos, la gripe viene con más virulencia. "Ha mostrado una capacidad de incrementar vertiginosamente el número de casos en poco tiempo. Ha mostrado severidad en los cuadros. Esta es la razón por la que se están saturando la atención primaria y las urgencias", argumenta el epidemiólogo Daniel López Acuña.

Además en esta época hay muchos virus conviviendo juntos. "Es el caso de la gripe, el virus respiratorio sincitial (VRS)el rotavirus, el COVID", cuenta Alfonso Carmona, médico pediatra. En algunos casos esos virus se pueden llegar a empalmar o solapar.