Durante los vuelos a veces toca lidiar con turbulencias, niños aburridos o pasajeros ruidosos. Pero, en ocasiones, lo que provoca que un vuelo se convierta en un momento desagradable puede estar provocado por los efluvios de algunos pasajeros que no se dan cuenta de que comparten un espacio cerrado con decenas de personas.

Y esto es lo que ocurrió en un vuelo en el que a alguien se le escapó una ventosidad muy olorosa. Una pasajera, bastante enfadada por tener que soportar ese asqueroso olor, decidió quejarse en voz alta para que el ejecutor de tal flatulencia la escuchara y confesara su 'crimen', provocando la risas del resto de pasajeros.

"Aquí somos como 5.000 gente, el que se tiró ese maldito pedo que hable, que estás ventanas son cerradas para estar cagándose", afirma la mujer. Además, no duda en pedir al piloto que identifique al 'pedorro'.