Xavier Sardà ha indicado que en el libro que acaba de publicar su hermana, 'Un incidente sin importancia', Rosa María Sardà comienza hablando de su hermano pequeño. "Fue un personaje maravilloso, que nos hizo sufrir y que sufrió mucho", ha expresado la actriz, añadiendo que les "dejó cuando él tenía 26 años víctima de una enfermedad casi desconocida en España que era el sida". "Eso era el infierno, pero nosotros seguimos viviendo con él y dándole ánimo dos años", ha recordado.
El periodista, por su parte, ha recordado el momento en el que el doctor le dio la noticia por teléfono: "Yo pensé que mientras no colgaba el teléfono, aún no había pasado y me quedé con el teléfono en la mano. Después colgué y los segundos empezaron a pasar".
Sardà ha señalado que el libro comienza con unas palabras fantásticas que le dedica Rosa María Sardà a su hermano pequeño. "Decías que era el más guapo de todos. Era moreno con dos ojos azules", le ha recordado el periodista, algo que ha reconocido la actriz que era cierto.
"A mamá no le caía bien. No le gustaba que yo fuese actriz, ni cómo yo era."
Además, Xavier Sardà le ha preguntado sobre la carta que le dedica a su madre en el libro y que escribió cuando Rosa María Xardà tenía 50 años. Al decir el periodista que se trataba de una "carta de agradecimiento", la escritora ha aclarado que era más de "reconciliación". "Yo no le caía muy bien, no le gustaba que yo fuese actriz, ni cómo yo era. Decía que yo era rara porque a ella le hubiese gustado que llevase lacitos, pero a mí me gustaba el teatro. Ella lo odiaba", ha manifestado Rosa María Sardà.
Rosa María Sardà ha contado el motivo por el acaba de publicar un libro que escribió hace 30 años: 'Un incidente sin importancia'. La actriz ha explicado en laSexta Noche que ha esperado tanto tiempo porque le "daba mucha vergüenza publicarlo". "Algunos de mis amigos han ido desapareciendo y he hecho amigos jóvenes que un día, en una reunión, escucharon uno de mis cuentos que yo leí, les encantó y me empujaron a editarlo", ha contado Sardà.
"Un día me levanté y vi que era una vieja. Yo no me había dado cuenta y es duro. Y uno se pregunta: ¿ahora qué?"
"De repente, un día me levanté y vi que era una vieja. Yo no me había dado cuenta y es duro. Y uno se pregunta que ahora qué. 'Lo que el viento se llevó' ya no lo voy a hacer, pero tengo estos papeles que me dijeron que estaban bien así que una nueva experiencia", ha expresado Rosa María Sardà.
Los duros comienzos de Rosa María Sardà en el teatro
La actriz también ha hablado en laSexta Noche sobre sus duros comienzos en el mundo de la interpretación: "Necesitábamos un sueldo en casa y para ello yo hacía teatro, una 'mierdecilla' de comedia, lo que fuera", ha expresado.
"Me costó muchísimo que me tomaran en serio. He tenido que ensuciarme mucho las manos y hacer muchas tonterías hasta que alguien me ha hecho hacer cosas espléndidas, como Lluís Pasqual", ha contado Rosa María Sardà.
A su abuelo le "metieron un tiro en la nuca porque era republicano"
Por último, los hermanos Sardà han relatado cómo a su abuelo le "metieron un tiro en la nuca porque era republicano". "Al abuelo paterno le fusilaron por blasfemar", ha afirmado Xavier Sardà, a lo que su hermana ha respondido que lo hicieron "porque era republicano".
Así, el periodista ha explicado que "se le enganchó la carreta con la que iba al mercado". "Lo que a mí me ha llegado es que se le enganchó la carreta en un paso a nivel y empezó a cagarse en todos los santos. La Guardia Civil le pidió que no blasfemase y, en ese momento, se cagó en la Guardia Civil", ha contado Sardà.
Rosa María, del trato a los enfermos: "Fue horroroso y vergonzoso"
Meses más tarde y en plena crisis del coronavirus, Jordi Évole entrevista a Rosa María Sardá: "Ahora nos estamos enfrentando a una enfermedad nueva, desconocida, que nos asusta y no sé si de alguna manera te está recordando a lo que vivisteis muy de cerca en tu casa con el sida y con la muerte de tu hermano Joan".
La presentadora afirma que ahora todo el mundo está involucrado con el coronavirus porque "cualquiera puede pillarlo, hasta un creyente, una persona decente...", ironiza Rosa María Sardá, que recuerda cómo "el Sida era de gente marginal y degenerada": "La gente lo rehuía. Fue horroroso lo que se hizo con los enfermos de sida, fue vergonzoso".