'Salvados: Mi barrio' será recordado por ser uno de los programas más especiales de la historia de Salvados. No solo por su espectacular cierre de temporada sino por la despedida de Jordi Évole del programa después de 11 años. Gonzo, periodista de El Intermedio, tomará el timón en la nueva temporada.

Para cerrar etapa por todo lo alto, Jordi Évole regresa a sus orígenes, a su pueblo, Cornellá de Llobregat. Allí, el periodista habla con sus vecinos sobre sus vidas, sus pensamientos e inquietudes. 'Salvados: mi barrio' arranca de una emocionante forma: al ritmo de Juanito Valderrama y su 'El emigrante'.

Évole habla con un grupo de vecinos sobre la situación política actual. Una mujer critica a PP y Vox: "Toda su campaña ha sido para el PSOE. No puedes venir amenazando, no puedes venir con el miedo porque hasta los mismos radicales se frotaban las manos. "Vamos a por moros, a por gitanos... son Franco resucitado".

Tras esta conversación, otra mujer recuerda junto a Évole la muerte de su marido tras caer de un andamio: "La felicidad se acabó aquel día. Me dio un beso antes de irse, pero ya no volvió a darme ninguno más".

El periodista también habla con una pareja de ancianos sobre la vida y el truco que les ha llevado a permanecer tan unidos después de tantos años. "Ahora te das cuenta y dices, 'coño, si no puedo hacer esto es que me hago mayor'. Vivir sin emoción y sin hacer lo que te gusta no es vivir", destaca el hombre.

Paseando por el barrio, Jordi Évole se encuentra una de las churrerías más antiguas de la zona y comienza a hablar con su dueño, quien lleva en ese negocio desde hace 35 años, tras heredarlo de su suegro. El hombre resalta la dureza de un oficio donde pasa casi 15 horas diarias y se muestra orgulloso de su hija, médica pediatra.

El tema de la crisis migratoria, uno de los que más se comenta en la actualidad, no podía pasarse por alto en un barrio en el que muchos de sus vecinos han nacido en otros sitios. Así lo destaca uno de ellos, quien desde León llegó con 24 años a Cornellá: "Yo también lo soy, se emigra porque no hay más remedio".

Otro de los temas que Jordi Évole más ha hablado con sus vecinos es sobre el amor. Una de las personas con las que habla el periodista cuenta cómo está viviendo el hecho de que su mujer esté perdiendo la memoria. "A veces se enfada y me grita, 'déjame, déjame'".

Por otro lado, una mujer cuenta a Évole cómo es su vida en soledad desde que murió su marido hace 18 años. "Soy diabética y lo paso fatal porque no tengo a nadie si me da un bajón de azúcar. Una noche me caí en el pasillo y hasta que no me desperté... no hubo nadie que me recogiera", recuerda emocionada.

Otro de los vecinos de Cornellá cuenta a Jordi Évole que su mujer está enferma: "Si hay Dios, me gustaría que me llevara a mí antes que a ella, yo sin ella no sé vivir, es la única que he tenido y tendré".

Para cerrar el reportaje, Évole charla con tres mujeres de la tercera edad sobre la revolución feminista. Una de ellas confiesa al periodista el gran desengaño que sufrió con su marido, del que llevaba enamorada desde los 16 años: "No echo de menos a mi marido, me despreciaba mucho y si le iba a dar un beso, me empujaba".

Por último, las tres destacan la importancia del movimiento feminista: "Ya es hora de que las mujeres seamos libres. Ahora vemos que estar supeditada al hombre no es normal". "Si fuera joven no me volvería a casar y estudiaría una carrera", concluye una de ellas.