Jordi Évole habla con un vecino de Cornellà que lleva en el municipio desde el año 1966. El hombre, natural de León, y que llegó a Cornellà con 24 años tras hacer 'la mili', destaca que esos primeros años "fueron muy bonitos" porque eran todos "gente de fuera que se llevaba muy bien". "Todo el mundo iba a trabajar porque había trabajo para todos entonces, ganaras más o menos, había trabajo para todos", recuerda.
"Los vecinos celebrábamos las fiestas juntos, no importaba que yo fuera de León, el otro andaluz, el otro de otro sitio. Nos juntábamos todos a hacer la juerga en la calle y en los pisos, pero juerga sana", destaca. Por eso, al hombre le sorprende que, ahora, haya tanta polémica con el tema de la migración. "Todos hemos emigrado, yo soy un inmigrante también. En España, pero soy inmigrante", resalta.
"La gente viene porque no tiene otro remedio. Si tuvieran que comer en su casa no creo que vinieran aquí. Los que vienen de África y se mueren en las pateras, si tuvieran allí para comer no vendrían aquí", concluye tajante.
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El regidor de la localidad cree que si el president no canceló su agenda fue porque desconocía la situación que él había definido en Á Punt como "dantesca": "Otra cosa no me cabe en la cabeza".