La novia en la boda y el niño en el bautizo

Trump, en el centro de la celebración del Chelsea en el Mundial de Clubes: el surrealista momento que ni el presidente de la FIFA pudo evitar

Los detalles Pese que el capitán del Chelsea le pidió varias veces que se fuera, y aunque Infantino también lo intentó, Trump y su enorme ego se quedaron en la celebración.

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Con la final del Mundial de Clubes se juntaban dos de los grandes éxitos de Donald Trump, un evento deportivo y una multitud, y ahí que se dejó querer el presidente de EEUU; o eso quería él, porque los tímidos aplausos se convirtieron en abucheos generalizados durante el himno nacional, y también cuando saltó al campo en la entrega de medallas.

Cuando llegó el momento de coronar al ganador, el Chelsea, quien se coronó fue Trump. Y es que ni los intentos de Infantino por sacarle del escenario, ni un imperativo capitán del Chelsea diciéndole que se tenía que ir consiguieron que se fuera. "Pensé que él iba a salir del escenario, pero quería quedarse", expresó Reece James tras el partido.

Nada sirvió, y allí se quedó el republicano en primer plano, tal y como se puede ver en el vídeo principal que acompaña a la noticia. Ni sudando pudo el presidente de la FIFA evitar la foto, aunque tras varios intentos, y entre risas y aplausos, Infantino logró llevarlo al fondo, aunque por entonces Trump ya había conseguido lo que quería, que era ser la novia en la boda y el niño en el bautizo.

Por su parte, el líder de Estados Unidos se mostró bastante poco preocupado por los abucheos recibidos, y presumió de tener su propio trofeo del Mundial de Clubes. "Me preguntaron si podría sostener el trofeo un ratito, lo pusimos en el Despacho Oval, y cuando pregunté que cuándo iban a recogerlo, (Infantino) me dijo que nunca, que podía tenerlo para siempre en el Despacho Oval, que estaban haciendo uno nuevo", manifestó a una reportera.