El chef Alberto Chicote se traslada hasta Plasencia para intentar sacar a flote El jardín del pensador. Un restaurante que "si lo ve Stephen King, dos novelas le caen". Allí conoce a Feli, el propietario del negocio que no tiene iniciativa y que nada hace ante el caos y la organización que hay en cocina.

Para reflotar El jardín del pensador, Chicote degusta el menú del restaurante. Unos platos que le resultan baratos para el tamaño que tienen porque utilizan productos de "última división". Para justificarlo, el chef le hace a Juanlu probar las albóndigas "Tiger Woods" que hasta se le atragantan. "Hostias, que me ahogo", se queja.

Para saber las carencias que tiene el restaurante, Chicote acude al primer servicio. Allí, la ausencia de directrices por parte de Feli provoca mucho desorden y retrasos que se traducen en quejas de los clientes. El camarero de El jardín del pensador estalla directamente con el cocinero. "Dicen que la cebolla te la comas tú si tienes cojones", le informa.

El servicio continúa y el dueño pide los platos a Carmen, la ayudante de cocina, que se le acumulan por la falta de organización. Al final su paciencia llega al límite y acaba abandonando el servicio de comidas. "Me estáis jodiendo más de la cuenta, ¿eh?", comenta.

Tras conocer cómo trabajan en El jardín, Alberto Chicote se reúne en un bar con Feli para profundizar en su situación económica y cuáles son sus objetivos. Su actitud cabizbaja es desconcertante. Y es que, el propietario tiene una dura historia detrás por su adicción a la heroína. "Me junté con malas compañía y caí en las drogas", le confiesa al chef.

En ese mismo bar, Alberto Chicote conoce a Aurelia, la madre de Feli. Una mujer que ha pasado mucho con su hijo y que conquista con su espontaneidad al chef de Pesadilla en la cocina. "¿Ha hecho usted régimen? Porque yo le veía en la tele y ¡madre mía!", le dice.

Tras conocer su dura historia, Alberto Chicote cita a Feli en el santuario de la Virgen del Puerto donde acudía a rezar con su madre para superar su adicción. Evocar esa época, puede ayudar a comprender mejor su situación actual y hacer que despierte. Para empezar, empieza por abrirse a la mujer que le dio la vida. "Sólo te quiero pedir perdón por todo el daño que te he podido hacer", se disculpa.

La reforma de El jardín del pensador es una de las partes más importantes para que el restaurante 'fantasmal' empiece a funcionar. Por eso, Chicote cambia tanto el nombre como la imagen, llenando de plantas el local. Y es que antes, de verde "no tenía ni una hoja de perejil".

El servicio de reapertura del nuevo El jardín es la prueba definitiva para saber si Feli y su equipo han aprendido la lección. El chef Alberto Chicote les hace un 'examen' que suspenden en un principio. El primero, Chema. "No tienes ni puta idea", le dice. Una llamada de atención que junto al despertar del dueño hace que el servicio acabe siendo un éxito.