En esta nueva temporada de Pesadilla en la cocina Alberto Chicote no para de descubrir cocinas terroríficas. La última, la de El jardín del pensador, donde uno de sus cocineros se niega a quitar la piel de la calabaza. Algo que no solo indigna a Chicote sino también a su camarero y a los propios clientes.

El presentador, además, descubre nuevos conflictos entre el personal, ya que, una vez más, la comunicación entre la cocina y la sala sube de tono. Incluso, la cocinera de El jardín del pensador abandona, superada por "la impotencia": "A la mierda".

Otros momentos destacados

Uno de los momentos más esperados tras la visita de Chicote a El jardín del pensador es ver el nuevo restaurante tras la reforma y probar la nueva carta. Esta vez en la transformación se incluye un cambio de nombre: el restaurante se llamará El jardín y local se llena de luminosidad y de plantas. La carta se modifica para ofrecer una gastronomía extremeña.

A pesar de las modificaciones estéticas y de la oferta gastronómica, en El jardín tienen que cambiar muchas más cosas para encauzar la situación. Así se comprueba en el servicio de la reapertura, un 'examen' que el equipo del restaurante no supera debido a la descoordinación.

En el programa de El jardín del pensador, Chicote vive momentos muy emotivos debido a la dura historia de superación de Feli, el dueño. En una conversación, este le confiesa que se recuperó de su adicción a las drogas gracias, en gran parte, a su madre.

De hecho, el chef de Pesadilla en la cocina, conoce a la madre de Feli y cae rendido ante la espontaneidad de la mujer que llega a preguntar a Chicote "si ha hecho régimen" y le echa también una pequeña reprimenda.