Cambia el nombre del Departamento de Defensa
"Departamento de Guerra": Trump, de prometer la paz a renombrar el Pentágono con mensaje belicista
El contexto El presidente 'pacificador' quiere un Departamento de Guerra. Aunque en campaña prometió poner fin a los conflictos en Ucrania y Gaza, Trump ahora pretende poner su sello personal al Departamento de Defensa, recuperando su antigua denominación.

Resumen IA supervisado
Donald Trump planea renombrar el Departamento de Defensa de Estados Unidos como "Departamento de Guerra", un cambio que busca dejar su sello personal y enviar un mensaje belicista al mundo. Esta medida llega en un momento de alta tensión con Venezuela y mientras Trump actúa como mediador en conflictos como Ucrania y Gaza. A pesar de que cambiar el nombre de un departamento federal requiere la aprobación del Congreso, los republicanos, con mayoría en ambas cámaras, probablemente no se opongan. Aunque el cambio será costoso, Trump parece decidido, argumentando que el término "Defensa" es "demasiado defensivo". Críticos, como el senador demócrata Tammy Duckworth, sugieren que esos fondos podrían destinarse mejor a apoyar a las familias de los soldados o a esfuerzos diplomáticos.
* Resumen supervisado por periodistas.
"Departamento de Guerra". Es el nombre con el que se conocía al Departamento de Defensa de Estados Unidos hasta el año 1949. Entonces, ya en plena Guerra Fría, se cambió con la idea de proyectar que el país estaba centrado en prevenir conflictos -más que en iniciarlos-, pero ahora Donald Trump quiere recuperar su antigua denominación. El mismo presidente que en campaña prometió pacificar Ucrania y Oriente Medio quiere devolver la palabra "guerra" a la mayor organización de la Administración estadounidense.
El mandatario republicano, según informa Reuters, tiene previsto firmar este mismo viernes un decreto para renombrar el Pentágono, poniéndole así su sello personal y lanzando un mensaje belicista al mundo. Un movimiento que llega en un contexto de alta tensión con Venezuela, apenas días después de que Trump anunciara un ataque a una embarcación que 'eliminó' a 11 supuestos "narcoterroristas", mientras con la otra mano adopta el papel de mediador en Ucrania y Gaza.
La orden ejecutiva, de acuerdo con la agencia, autorizaría al secretario de Defensa, Pete Hegseth, al propio departamento y a sus funcionarios a usar títulos como "secretario de Guerra", "Departamento de Guerra" o "Vicesecretario de Guerra" en las comunicaciones oficiales. El decreto también ordenaría a Hegseth que recomiende las acciones legislativas y ejecutivas necesarias para que el nuevo -viejo- nombre sea permanente.
Lo cierto es que a Trump le gusta cambiar el nombre de las cosas. Desde que regresó a la Casa Blanca a principios de año, el presidente se empeñó en que el Golfo de México sería el "Golfo de América" y también recuperó los nombres originales de bases militares que se habían cambiado a raíz de las protestas contra el racismo.
Aunque cambiar el nombre de un departamento del Gobierno federal es algo poco frecuente y se necesita la aprobación del Congreso, los republicanos tienen mayoría en ambas cámaras... y no tiene pinta de que se vayan a oponer a la iniciativa del presidente. Volver a cambiar el nombre del Departamento de Defensa, en cualquier caso, no va a ser barato para las arcas estadounidenses. Entre otras cosas, implicará cambiar señales letreros y señales, no solo en Washington, sino en instalaciones militares por todo el mundo.
La Administración Trump, en cambio, frenó una iniciativa del expresidente Joe Biden para renombrar bases militares que homenajeaban a líderes confederados, un cambio que iba a tener un coste de 39 millones de dólares. Sin embargo, sí está dispuesta a gastarse el dinero en cambiarle el nombre al departamento dirigido por Hegseth, pese a los recortes que viene llevando a cabo el Departamento de Eficiencia Gubernamental, otrora dirigido por Elon Musk.
Algunos, como el senador demócrata y veterano Tammy Duckworth, sostienen que sería mejor invertir ese dinero en apoyar a las familias de los soldados o en esfuerzos diplomáticos para evitar que surjan guerras en primer lugar. Pero Trump, dice, prefiere usar al Ejército políticamente que para reforzar la seguridad nacional. A las críticas por el coste económico de este nuevo capricho de Trump se suman otras que apuntan que será solo una distracción innecesaria para el Pentágono.
Trump, sin embargo, está decidido. Dejó claras sus intenciones el mes pasado, cuando esgrimió que el término "Defensa" era -literalmente- "demasiado defensivo". "Queremos ser defensivos, pero también queremos ser ofensivos si tenemos que serlo", dijo.