La ausencia de directrices provoca mucho desorden y retrasos en el primer servicio que ojea Chicote. La tensión no tarda en aparecer en la cocina. Feli pide los platos a Carmen que se le acumulan por la falta de organización. "¿Tú qué me quieres volver gilipollas?", le pregunta.
No hay comunicación en la cocina y eso se nota. Tanto que las comandas se quedan frías al esperar que se sirvan. Y es que Carmen hace los platos pero como no se cantan los oídos nadie se entera, y cuando sirven la comida, los clientes devuelven los platos por estar fríos.
La ayudante de cocina de El jardín del pensador se indigna y abandona el servicio. "¡Me voy! Que se vayan a la mierda pero ya", grita. La cocinera siente impotencia porque la vuelven loca con las comandas.
"No puedo hacer las cosas, que me las tiren para atrás, y que luego me las vuelvan a pedir después", le explica a Chicote y a su jefe que sigue sin entender por qué siempre le devuelven los platos.
Otros momentos destacados
Uno de los momentos más esperados tras la visita de Chicote a El jardín del pensador es ver el nuevo restaurante tras la reforma y probar la nueva carta. Esta vez en la transformación se incluye un cambio de nombre: el restaurante se llamará El jardín y local se llena de luminosidad y de plantas. La carta se modifica para ofrecer una gastronomía extremeña.
A pesar de las modificaciones estéticas y de la oferta gastronómica, en El jardín tienen que cambiar muchas más cosas para encauzar la situación. Así se comprueba en el servicio de la reapertura, un 'examen' que el equipo del restaurante no supera debido a la descoordinación.
En el programa de El jardín del pensador, Chicote vive momentos muy emotivos debido a la dura historia de superación de Feli, el dueño. En una conversación, este le confiesa que se recuperó de su adicción a las drogas gracias, en gran parte, a su madre.
De hecho, el chef de Pesadilla en la cocina, conoce a la madre de Feli y cae rendido ante la espontaneidad de la mujer que llega a preguntar a Chicote "si ha hecho régimen" y le echa también una pequeña reprimenda.
Así es el bar del CD. Estoril II
"Estoy por meterme en el lavavajillas y cerrar": Alberto Chicote explota ante la "pesadilla" de servicio del CD Estoril
Álex, dueño del Estoril II, no para de liar con las comandas a su cocinero, Sami, que no puede más y comienza a llorar en la cocina. "Es una puta pesadilla esto", afirma Alberto Chicote.