"Me preocupo mucho porque nadie lo pase mal, pero al mismo tiempo intento también estar un poquito al límite". Así define Ignatius Farray la "dualidad de doctor Jekyll y Míster Hyde" en la que se mueve con sus shows. El cómico se sincera con Jordi Évole y se autodefine como "una persona más bien ingenua e inocente". "Eso me da miedo", reconoce Ignatius, que confiesa que ha "intentado camuflar esa ternura con ansiedad y con histeria".

"Yo vivo permanentemente, y este es el sentimiento que más se me ha repetido a mí en 20 años actuando, en estado de remordimiento,en estado de arrepentimiento continuo, de decir 'puta mierda de cómico soy', 'no he sido capaz de hablar de verdad' y 'he metido la pata y creo que esto se me pudo malentender y creo que aquello que le dije a aquella persona le pudo hacerse sentir mal'", admite el humorista, que afirma que lo pasa "muy mal".

"Se lo debo todo a la generosidad de la gente, pero al mismo tiempo intento también estar un poquito al límite, aunque haya metido la pata mil veces, yo no voy a dejar de intentarlo, porque eso sería traicionar el margen que te da la gente", asegura no obstante Ignatius, que sostiene que un cómico "tiene el privilegio de pasarse de la raya, pero también el deber".

Puedes escuchar su reflexión al respecto en el vídeo sobre estas líneas.