Ignatius Farray reflexiona durante su charla con Jordi Évole sobre el éxito y el fracaso. El transgresor cómico reconoce que "el éxito te da confianza", pero sostiene que "en el fondo acabas sospechando un poco que esas sensaciones no son tan reales como las sensaciones que tienes cuando tocas fondo". Una observación que sorprende al presentador, ante lo que el humorista afirma en que "hay algo de autenticidad en nuestros errores" y "meteduras de pata".

Aunque Évole le recuerda su currículum de éxitos, Ignatius insiste: "He metido la pata muchísimo, he dejado el camino lleno de de cadáveres". "A mí me han esperado hasta a pegarme fuera de una actuación, he recibido amenazas y demás", rememora el cómico, que agrega: "Lo digo con cierto orgullo, porque pienso que ese es el papel de un cómico".

"¿Por qué los cómicos no volvemos a morir apaleados y apedreados debajo de un puente en un río a manos del pueblo, como sucedía en la Edad Media? ¡Qué puta mierda de democracia que nos hace convivir con el resto de la socieda!", exclama incluso Ignatius, que reivindica la figura de los "cómicos de la legua" del siglo XVII, a los que se "permitía entrar en la ciudad para entretener" a la gente, pero no dormir "a menos de una legua de distancia".

"Pienso que ese es el lugar de un cómico, un cómico tiene que ser un outsider, un marginado, un puto paria", sentencia Ignatius, que recuerda sus actuaciones como "básicamente un borracho con un micrófono delante de otros borrachos con hojas de reclamaciones". "Había confrontaciones cara a cara hasta el punto de llegar a situaciones graves", incide.

Puedes escucharlo en el vídeo que ilustra estas líneas.