Apoyo que se deshizo
La 'teoría de la contundencia' del PSOE: promesas de acción inmediata que tardaron más de un año en cumplirse
Los detalles Pedro Sánchez defendió que Santos Cerdán fue apartado "desde el primer momento", pero la realidad revela una espera de año y cuatro meses desde las primeras detenciones hasta su salida del partido.

"El partido socialista actuó de manera contundente desde el primer momento, se han asumido esas responsabilidades, se ha apartado, en este caso, a Santos Cerdán del partido socialista, y ahora es el momento de la justicia". Así fueron las primeras palabras del presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, tras conocerse que el juez ha decretado prisión provisional, comunicada y sin fianza para el exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, por su posible implicación en delitos de integración en organización criminal, cohecho y tráfico de influencias.
Contundencia: esa era la palabra del día. Desde la dirección del PSOE insistieron en que habían actuado con rapidez y firmeza, mostrándose duros y convencidos en la decisión contra Cerdán. Sin embargo, la realidad pinta otro escenario muy diferente.
Porque la contundencia llegó tarde, muy tarde. Un año y cuatro meses tardaron en apartar a Santos Cerdán desde la detención de Koldo García, uno de los primeros nombres que saltaron en la investigación. Y todo eso ocurrió después de una larga espera mientras el escándalo crecía.
Esta es la primera vez que Pedro Sánchez dejó entrever su recelo hacia Cerdán: fue el 11 de junio de 2025, justo un día antes de que la Unidad Central Operativa (UCO) emitiera su informe definitivo. Aquella misma noche, fuentes del PSOE aseguraron a laSexta que "Santos Cerdán no había participado, mucho menos influido, en adjudicaciones de obra pública. Jamás ha cobrado una comisión por ello". Esa versión oficial se mantuvo hasta las 22:30 horas de ese día.
Pero al día siguiente, el 12 de junio, todo cambió. Pedro Sánchez compareció y pidió perdón públicamente: "Quiero pedir perdón porque hasta esta misma mañana yo estaba convencido de la integridad de Santos Cerdán".
En esa intervención, Sánchez explicaba que llevaba 11 años trabajando codo con codo con Santos Cerdán y que nunca había dudado de su honestidad. Era marzo, durante el Congreso del PSOE navarro, y apenas tres meses antes, en diciembre, Sánchez había ratificado a Cerdán como secretario de organización, a pesar de tener ya indicios sobre su implicación.
A pesar de esta evolución, Sánchez y otros altos cargos como Félix Bolaños y María Jesús Montero, quien llegó a poner la mano en el fuego por Cerdán, continuaron defendiendo su inocencia. Pero ahora, Montero esquiva cualquier pregunta "no os voy a atender ahora, disculpadme, ahora vamos a hacer el acto y vamos a respetar".
En cuestión de meses, Santos Cerdán ha pasado de ser el número tres del partido a un personaje desvinculado públicamente, borrado en tiempo récord. La contundencia que Pedro Sánchez proclamaba parece haberse evaporado ante la presión y la evidencia.
Lo que queda claro es que la 'teoría de la contundencia' ha terminado siendo un relato vacío, una promesa incumplida que pone en jaque la credibilidad del PSOE frente a la opinión pública y la justicia.