Caza de brujas 2.0

McCarthy, Donald Trump y la caza de brujas: cuando la historia parece repetirse

¿Por qué es importante? Hace 75 años, McCarthy señalaba comunistas; hoy Trump apunta a funcionarios, científicos y periodistas que considera enemigos. La historia da escalofríos.

McCarthy, Donald Trump y la caza de brujas: cuando la historia parece repetirse

Cuando hablamos de Trump y su enfrentamiento con medios, científicos o funcionarios, muchos no pueden evitar pensar en la 'caza de comunistas' de los años 50 liderada por el senador Joseph McCarthy. Y no es casual: listas negras, acusaciones públicas, persecuciones a cineastas, actores y periodistas… el paralelismo salta a la vista. Pero, ¿hasta qué punto se parecen realmente?

McCarthy veía traidores por todas partes: funcionarios, militares, científicos, periodistas, profesores… y los señalaba como enemigos del Estado. Trump, casi 75 años después, también apunta a quienes considera "radicales" o contrarios a su agenda, y no duda en presionar, despedir o desacreditar.

La prensa, los científicos y los funcionarios son los primeros en sentir la presión. Pensemos en Oppenheimer, señalado por McCarthy, o en Anthony Fauci, cuestionado públicamente por Trump.

Los medios fueron un campo de batalla entonces y lo siguen siendo hoy. Edward Murrow se convirtió en el enemigo público de McCarthy porque se atrevió a denunciarlo en 'prime time'.

Ahora, con Trump, también hay cabezas que ruedan y periodistas que sufren ataques directos. Incluso funcionarios clave, como James Comey, exdirector del FBI, fueron apartados por investigar asuntos que incomodaban al presidente.

La diferencia más grande es el poder. McCarthy era un senador; Trump, el presidente de Estados Unidos. Si un senador logró sembrar miedo y persecución, ¿qué no podría hacer un presidente?

La historia demuestra que las 'cazas de brujas' no son cosa del pasado. Cambian los nombres, los tiempos y los métodos, pero el mecanismo es el mismo: crear enemigos internos, sembrar miedo y dividir a la sociedad. Y ahí estamos otra vez, con la historia reflejada en un espejo que a veces da escalofríos.