2.466 días 'actuando'

De "la mano en el fuego" a los audios y las sociedades tapadera: así fue la caída del 'santo' Cerdán

Los detalles Ni los discursos, ni las amenazas de "nos veremos en los juzgados" ni su imagen pública pudieron salvarlo porque los informes de la UCO, los audios y las sociedades tapadera demostraron que la 'gran actuación' de Cerdán terminó estrellándose frente a la justicia.

De "la mano en el fuego" a los audios y las sociedades tapadera: así fue la caída del 'santo' Cerdán

La vicepresidenta María Jesús Montero llegó a decir que ponía "la mano en el fuego" por Santos Cerdán, entonces secretario de Organización del PSOE. Lo dijo convencida. Pero según la UCO, la presunta trama ya llevaba seis años y medio funcionando: desde el día siguiente a las primarias que devolvieron a Pedro Sánchez la secretaría general… hasta la detención de Koldo García, el exasesor de Ábalos.

En total: 2.466 días. Días en los que, según admiten desde el propio PSOE, "Cerdán les engañó". Y todavía quedaba su gran momento: 637 días de actuación, interpretando sorpresa, incredulidad y seguridad absoluta… hasta que el guion dejó de sostenerse.

Cuando detuvieron a Koldo, todo se vino abajo. Pero Cerdán salió ante las cámaras, fingiendo que aquello lo pillaba por sorpresa, casi desconcertado. El problema es que, según las conversaciones intervenidas por la UCO, él mismo reconoce que sabía que la Guardia Civil investigaba al exasesor de Ábalos.

Aun así, mantuvo el papel. En los pasillos del Congreso aseguró que a Koldo "lo conocía porque vivía en Navarra y colaboraba con nosotros", y remató con que "en el PSOE siempre hemos tenido claro que la corrupción no la aceptamos". Un comienzo digno del primer acto de un drama político.

Mientras la UCO preparaba un informe que lo señalaba directamente, Cerdán respondió subiendo el tono. Afirmó que era completamente inocente y advirtió que "nos veremos en los juzgados".

Poco después insistió en que "ninguna de esas cosas es constitutiva de ningún delito" y que "cuando salga el informe de la UCO lo desmontaremos uno a uno". Pero el informe salió. Y lejos de desmontarlo, acabó en manos del juez reforzando las sospechas.

Cerdán aseguró que no tenía nada que temer, que estaba "tranquilísimo". Sin embargo, cuando el informe llegó al Congreso, no esperó ni a salir del edificio para leerlo. Lo abrió allí mismo, a toda prisa.

Horas después precipitó su dimisión en la Ejecutiva. La entrega del acta tardó algo más, acompañada de un mensaje repetido: que era inocente y que las pruebas "no demostraban nada". Pero entre esas pruebas estaba la sociedad tapadera al 45%, reflejada en escrituras encontradas en la casa de su socio Antxón.

Después llegaron las declaraciones de Ábalos. Las de Koldo. Y los audios en los que se escuchaban supuestas maniobras para amañar adjudicaciones. Cerdán lo negó todo. Alegó ante el juez que los audios "estaban manipulados", que apenas conocía a los miembros de la trama y que, si acaso, lo habían extorsionado. Un intento desesperado de poner distancia respecto a su propia voz.

Y la interpretación continuó incluso entre rejas: allí aseguró que era víctima de una persecución política. Mientras fuera se conocía otro informe "aplastante", él lo achacaba a "una campaña de bulos". Siete años de trama. 2.466 días según la UCO. Y 637 días de una actuación que terminó cayendo por su propio peso.

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