El PP presiona a María Guardiola y de momento algo han logrado ya: que rebaje el lenguaje contra la ultraderecha. Ella dejó claro que no metería a Vox en su Gobierno, que no quería hacer como Mazón en la Generalitat Valenciana y su partido ha reaccionado con evidente malestar. Hoy cobran más sentido las palabras de Alberto Núñez Feijóo del viernes pasado. Habló de una divergencia importante en Extremadura que, de momento, había impedido el acuerdo. Con ese "de momento" trasladaba que el asunto no debía zanjarse así.

Estas palabras de Feijóo se produjeron el día de la toma de posesión de Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid. Ese día fue clave. María Guardiola estuvo presente y quedó bastante claro que los barones del Partido Popular no estaban nada contentos con cómo estaba gestionando sus relaciones con Vox. Ellos también presionaron a su manera, con su actitud. Pensaban que su choque con la ultraderecha y su forma de contarlo perjudicaba al resto del partido. Ayuso fue un poco más allá. Ella puso voz a ese malestar compartido por muchos de ellos cuando tendió la mano a la ultraderecha porque, según ella, "España necesita un cambio".

Parece que María Guardiola captó el mensaje porque, según ha podido saber laSexta, nada más acabar el acto escribió al líder de Vox en Extremadura y le propuso una reunión "para hablar sin reproches". Dos días después Ayuso insistía desde las páginas de 'El Mundo': "En este momento decisivo para España hay que encontrarse con Vox pese a discrepar". Un mensaje que repite sin cesar. En las últimas horas, ha mantenido el mismo tono: "Sobre los pactos, desear que pasen ya, que dejemos de despistar la situación para ponernos a hablar de lo importante y eso es algo que seguro que llega a buen puerto lo antes posible por responsabilidad".

Esperanza Aguirre ya no tiene ningún cargo en el Partido Popular, pero intenta influir cada vez que abre la boca. Ella también colaboró a aumentar la presión sobre Guardiola: "La señora Guardiola que ha empezado diciendo que ella admite todo menos Vox, pues no se qué pretende hacer. Pero de todas formas todo nuestro respeto por Vox, la mayoría de votantes eran votantes nuestros".

Lo más parecido a un aliado que le ha salido Guardiola en las últimas horas ha sido Borja Sémper. El portavoz ha sido de los pocos que no ha apretado las tuercas a la lideresa extremeña en las últimas horas. "En Extremadura, María Guardiola entiende que el mejor gobierno es un gobierno formado por miembros del PP, con un programa adaptado que da respuesta a los problemas de Extremadura" afirmó, y fue más allá contra los de extrema derecha: "Yo a lo que aspiro es a un Gobierno encabezado por Feijóo con miembros del PP, por lo tanto un Gobierno en el que no esté Vox. Eso es a lo que aspiro para mi país. Yo creo que Vox es un partido populista y es un partido que lejos de tener un proyecto para España tiene un proyecto que responde a sus intereses electorales básicamente".

Esto es lo que ha vivido Guardiola desde que se plantó en Madrid en la toma de posesión de la presidenta de la Comunidad de Madrid. El viernes pidió una reunión a Vox y el domingo, a última hora, desconvocó la reunión de la cúpula del PP de Extremadura y publicó una carta a la militancia en la que habla de respeto y diálogo para y alcanzar un acuerdo programático con Vox. No dice que vaya a meterlos en el Gobierno, pero es evidente que es una forma de relajar el tono hacia la ultraderecha. Desde Vox consideran que la carta es "una rectificación", pero insisten: no les vale con acordar el programa, quieren entrar en el Gobierno, como en Valencia. A Abascal su "rectificación" le parece "un buen paso".