La naturalidad de Jesús Gil era un arma de doble filo para él. Por un lado, le hacía mostrarse amable con los medios, enseñando incluso su casa sin ningún tipo de problema.
Una casa con un estilo peculiar, como era Gil, aunque decorado por su mujer. Un piso alto desde donde podía ver su gran obra en Marbella. "A mí solo me gusta invertir en cosas buenas", comenta.
"Este edificio es el principio de la era Gil", comenta Alejandro Dogan, vicepresidente de la Federación de Vecinos de Marbella, que cuenta cómo se las ingenió Jesús Gil para conseguir la licencia de edificación del mismo.
El mercado de las falsificaciones
Un laboratorio textil comprueba la calidad de una camiseta de fútbol oficial y una falsa: "No está justificado esta diferencia de precio"
Un laboratorio textil analiza ambas camisetas tras pasar por 10 lavados, donde asegura que su diferencia de precio no está justificada en la calidad del tejido de las equipaciones.