La legalización de la marihuana fue la promesa estrella del presidente de Canadá en su campaña electoral. En Montreal, la segunda ciudad más importante de Canadá, la marihuana se vende en cuatro tiendas autorizadas. Funcionan como estancos y cada licencia cuesta 23.000 euros.

Los gobiernos provinciales regulan la venta al público y también la edad mínima de consumo. En Montreal es de 18 años. Es tan alta la demanda, que las tiendas sólo abren cuatro días a la semana para no agotar las existencias.

Casi el 14% de los canadienses son consumidores habituales de marihuana. Equipo de Investigación entra en una de estas tiendas. Un agente comprueba nuestro DNI y otro controla el aforo. No puede haber más de 30 personas en la tienda. En el primer mostrador aconsejan a los clientes.

Queremos saber si los productos advierten de contraindicaciones, cobran 13 euros por dos gramos y medio de cogollos, 98 euros por un bote de siete gramos y medio de marihuana selecta.

La marihuana también se vende por Internet, en páginas autorizadas por el gobierno se puede comprar un gramo de marihuana por 6,30 euros, siete gramos de la mejor calidad por 79,45 euros. Un porro con aroma de arándano cuesta casi dos euros y el plazo de entrega son dos semanas.

A 200 kilómetros de Montreal, en Ottawa, comprar por Internet es la única opción legal. El gobierno provincial ha precintado todas las tiendas.

En el mercado negro un gramo de marihuana cuesta la mitad que en el legal. Pero 188 empresas ya plantan marihuana legalmente en Canadá, un negocio valorado en 21.000 millones de euros.