Captar clientes rebajando el ticket es el objetivo de muchos supermercados. Nos desplazamos a Parla, uno de los municipios con la renta más baja de Madrid: 23.228 euros anuales. Hasta 29 supermercados compiten por los 130.000 habitantes de la ciudad. Entramos en uno de los últimos que ha abierto, un 'low cost'.

Salta a la vista que aquí no hay ningún lujo, parece que entramos en un un almacén. Los productos se exhiben sin desembalar en grandes estanterías. De esta forma, ahorran personal reponedor. Además, la sección de frescos es más pequeña que en otros supermercados, y muchos productos se venden en formatos grandes. Asimismo, los carteles de ofertas asaltan al cliente en cada esquina. Muchas de sus referencias son de marca blanca o poco conocidas.

En este sentido, Enrique García, portavoz de OCU desvela que el secreto los establecimientos 'low cost' para poder ofrecer productos a precios más reducidos es "vender mucho, aumentar el volumen de facturación". Además, también tiene que ver dónde esté situado el comercio: "La misma cadena en un barrio más caro tiene precios más caros que la misma cadena en un barrio más barato. Y si hay un supermercado muy barato cerca, eso hace que los supermercados que están alrededor tengan precios más baratos", explica.