Joaquín Ferrándiz, conocido como el asesino en serie de Castellón,quedó en libertad en julio después de cumplir condena por asesinar a cinco mujeres e intentar matar a otras dos entre 1995 y 1998. Equipo de Investigación analizó su perfil en un programa de enero que laSexta ha vuelto a emitir este viernes.
El catedrático de Criminología Vicente Garrido cuenta cómo el asesino trataba de mostrar "control" con los escenarios de sus crímenes. "Cuando estamos hablando de un asesino en serie está reflejando rituales y fantasías importantes", destaca.
En el caso de su primera víctima, Sonia, una joven estudiante de Filología inglesa, Garrido sostiene que el asesino pretende "impactar a la persona que la vea". "Tenemos la cabeza tapada, se ha manipulado su ropa interior, se la ha amordazado y está atada. Todo el escenario significa control", indica.
Además, el criminólogo apunta que el hecho de que tenga ropa interior en la boca "está asociado con el componente sexual" y zanja: "Cuando una persona muestra control y determina los espacios y los lugares en los que quiere matar de acuerdo con sus necesidades y el temor que él observa a que pueda ser identificado, significa que es una persona que tiene un patrón de vida consistente, es decir, que tiene hábitos y que probablemente se relaciona bien los demás. En definitiva, es una persona que piensa bien las cosas antes de hacerlas".
*El contenido al que hace referencia la información forma parte de un programa de Equipo de Investigación de enero que laSexta ha vuelto a emitir este viernes.
Comportamiento sospechoso
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