Vicente Garrido, catedrático de Criminología de la Universidad de Valencia, relató a Equipo de Investigación cómo eran las escenas de los crímenes del asesino en serie de Castellón. "La escena del crimen es un poco 'la obra del artista' cuando estamos hablando de un asesino en serie está reflejando rituales y fantasías importantes".

En este sentido, el criminólogo indicó que, en el caso de Sonia, "el cuerpo está presentando una imagen que quiere impactar a la persona que la vea". "Tenemos la cabeza tapada, se ha manipulado su ropa interior, se la ha amordazado y está atada. Todo el escenario significa control", subraya, tras lo que afirma que le hecho de que tenga la ropa interior en la ropa "está asociado con el componente sexual". "El sexo en este caso se vincula a través del control", añade.

"Cuando una persona muestra control y determina los espacios y los lugares en los que quiere matar de acuerdo con sus necesidades y el temor que él observa a que pueda ser identificado, significa que es una persona que tiene un patrón de vida consistente, es decir, que tiene hábitos y que probablemente se relaciona bien los demás. En definitiva, es una persona que piensa bien las cosas antes de hacerlas", revela.