El 26 de abril de 1937 tenía lugar una de las mayores tragedias de la Guerra Civil. En solo unas horas, la Legión Cóndor y la Aviación Legionaria italiana, aliadas del bando franquista, arrasaron la villa de Gernika. Casi 90 años después, la localidad no olvida lo que ocurrió y sigue reivindicando su memoria.

Andrea Ropero charla con Crucita Etxabe, que lo vivió cuando solo tenía siete años, junto a unas amigas. Esta recuerda que unos milicianos les aconsejaron quedarse tumbadas en una cuneta, donde permanecieron durante horas, hasta que finalizó el bombardeo.

"Veíamos caer las bombas del avión perfectamente", explica, y detalla que los pilotos "estaban riendo, les veíamos la cara", pues apunta que los aviones volaban a poca altura. "El ruido en sueños me duro mucho. Me despertabapor la noche bombardeando Gernika".