Joaquín Reyes se convierte en el papa Francisco en El Intermedio. Así ensaya su homilía: "No os dejéis vencer por el mal, malamente, tra, tra. Se me va a llenar la misa del gallo millenials".
"Me habéis pillado twitteando para difundir la palabra de Dios entre los más jóvenes. Soy tan humilde que para desconectar, en vez de hacer ejercicio espiritual, veo fútbol", cuenta el 'papa Francisco'.
El cómico Joaquín Reyes se metió en la piel de Pedro Sánchezen El Intermedio en una nueva versión de 'Zanguangos': "¿Mi mejor momento en el Gobierno?, cuando nombré a Màxim Huerta ministro, ¿esa broma fue buena, eh?, ¡os la creísteis todos, artistas!"
El cómico Joaquín Reyes también se metió en la piel de Pablo Casado Blanco, "el presidente del PP, exlíder de las nuevas generaciones y, sobre todo, la gran sorpresa del Partido Popular".
Joaquín Reyes encarnó también a Soraya Sáenz de Santamaría en el Zanguangos de El Intermedio. Bajo el lema de "soy el azote de la oposición", vemos a una Sáenz de Santamaría presumida y maternal con el entonces presidente de Gobierno, Mariano Rajoy.
Pero no solo a la exvisepresidenta de Gobierno, el humorista también se atrevió con Manuela Carmena."Ni un coche va a quedar en Madrid, se va a quedar el cielo limpio como una patena", dice la 'alcaldesa' de Madrid.Además, no tiene reparos en mostrar lo que lleva en su bolso ni en hacer una ruta en carril bici para 'limpiar' el cielo de la capital española.
Y siguiendo con la política, nos encontramos con el expresidente del Gobierno José María Aznar."Secesionismo, populismo, crisis económica... temblad enemigos de España porque... ¡acabaré con vosotros!", declara Joaquín Reyes metido en la piel de un Aznar que también aprovecha para abordar el problema de los pensionistas: "Es que tienen muy poco espíritu emprendedor".
En El Intermedio
Wyoming afirma que Ábalos podría ser el protagonista de 'Solo en Casa': "Un exministro que se queda solo en su partido"
El exministro, a su salida del Supremo, ha afirmado ante la prensa que ha dado las aclaraciones suficientes. "Después de soltarlo se ha quedado más a gusto que un alumno saliendo del examen de selectividad", afirma Wyoming.