Con tantos malos humos, el Ayuntamiento de Madrid ya ultima un plan con un borrador con 30 medidas para evitar episodios de contaminación. La más arriesgada es la de limitar el acceso al centro de la capital sólo a residentes, incluida la Gran Vía de Madrid. El resto de vehículos podrán acceder a la zona pero sólo si su destino es un parking público.

Para paliar las posibles consecuencias, crearán una red de parkings disuasorios. Los conductores aparcarán su coche allí, fuera de la almendra central y desde ese punto, una amplia red de transporte público les llevará a sus destinos en el centro.

En la M30, los conductores deberán limitar de 90 a 70 kilómetros hora, todos los días del año. También en los accesos a la ciudad. El objetivo es rebajar drásticamente el temido dióxido de nitrógeno.

El plan también incluye una carga extra para el Ayuntamiento. Se comprometen a renovar la flota de autobuses y hacerlos 100% eco. Lo mismo para los vehículos municipales, que tendrán que ser de bajas emisiones. Todo para intentar quitarnos de encima la boina de contaminación.