Entrevista de Thais Villas

Javier Gascón, tras comprar dos pisos para personas en riesgo de exclusión: "La gente buena se queda el tiempo que necesite"

Con tan solo 24 años, Javier Gascón ya pudo comprarse un piso. Sin embargo, lo puso al servicio de personas en situación de vulnerabilidad. Una iniciativa que ya cuenta con otra vivienda y que explica a Thais Villas en este vídeo.

Con tan solo 24 años, Javier Gascón ya pudo comprarse un piso. Sin embargo, lo puso al servicio de personas en situación de vulnerabilidad. Una iniciativa que ya cuenta con otra vivienda y que explica a Thais Villas en este vídeo.

Entre tanta especulación y fondos buitre, en el problema de la vivienda también hay personas que intentan aportar soluciones. Es el caso de Javier Gascón, un veinteañero de Madrid que, con sus ahorros y la ayuda de amigos, ha conseguido comprar dos pisos que ha puesto al servicio de personas en situación de vulnerabilidad.

Desde uno de esos inmuebles, Javier explica que desde los 14 años ha estado involucrado en acciones con personas en riesgo de inclusión, pero que mientras sus amigos salían contentos, "yo salía con la sensación de que no era suficiente".

Tras tener la idea de comprar una casa para personas vulnerables, Javier cuenta que empezó a trabajar en varios sitios a la vez, pero al ver que no iba a llegar "en la vida", escribió un pequeño libro y se marcó el objetivo de comprar la casa en menos de un año, que finalmente cumplió. Hace pocos meses, compró la segunda.

Todo ello con la ayuda de sus amigos, así como ONGs, gente en la calle o redes sociales que se ha contagiado de su entusiasmo, aunque reconoce que "el entusiasmo está bien, pero el bolsillo no está tan bien".

Javier explica que el perfil de las personas que viven en sus pisos es el de "gente que quiere salir adelante" para las que su estancia en estas viviendas es temporal y "un impulso". En este sentido, señala que marcan unos objetivos a seis meses y, una vez se cumple la fecha, deciden entre él y sus inquilinos si se prorroga. "La gente buena se queda el tiempo que necesite", afirma.

"Hemos visto gente buena que ha dado unos cambios tremendos", explica Javier, que señala que el mero hecho de que no tengan que preocuparse por si les roban sus cosas les permite centrarse en buscar trabajo o recuperar sus relaciones familiares. Sobre los gastos de la casa, como la luz o el agua, indica que "en cuanto la gente puede contribuir, que contribuya".