A pocos días de que de inicio el juicio contra Rosa Peral y su examante Albert López por el asesinato de la pareja de ésta, Pedro Rodríguez, la acusada ha concedido una entrevista exclusiva al periodista Carlos Quílez en la que se reitera en su inocencia. También apunta directamente a Albert como único responsable y llega a afirmar que de no ser porque se escondió con sus hijas en la planta de arriba de la casa donde presuntamente sucedieron los hechos, también habría sido asesinada.

¿Por qué hubiera querido usted acabar con la vida de Pedro Rodríguez?

Yo no lo hice, yo no he matado a nadie y yo amaba a Pedro y no tenía ningún móvil para que digan que yo maté a Pedro. Si yo no hubiese querido estar con Pedro, le habría dejado igual que dejé otras relaciones. No tiene ningún sentido, no tiene ningún porqué que yo hiciera algo así a la persona que estaba a mi lado.

¿Qué ocurrió en su casa de Cubellas?

No tiene ninguna lógica que yo estando en mi casa y teniendo a mis hijas de 4 y 6 años en la habitación de al lado me digan que yo he planeado o he dejado de planear con la persona que quiero. Precisamente ellas lo que hicieron fue salvarme porque el instinto maternal que me hizo subir a la parte donde ellas estaban me hizo salvarme. Tengo muy claro que él (Albert) venía antes por mí que por él (Pedro).

Según usted ¿qué impulsó a Albert López a asesinar a Pedro Rodríguez?

Sus celos enfermizos porque no pudo vernos a nosotros felices y le pudo su ego y no pudo aguantar que yo estuviera planeando un futuro con Pedro, planeando tener hijos o casarme en un futuro. Eso le pudo y ya nos había verbalizado en alguna ocasión por mail y por whatsapp las amenazas. Es más, una de las pruebas del odio que le tenía Albert a Pedro es que lo tenía guardado en su móvil como "Pedro hijo de puta".

¿Se considera víctima de un juicio paralelo?

Todas mis relaciones que haya podido tener en mi vida anterior, todas mis relaciones sentimentales son mi vida anterior que no tienen nada que ver con la vida que yo he tenido con Pedro, para nada. Y mi relación matrimonial, cuando empecé con Pedro ya era inexistente y era una relación muy tóxica. No entiendo la relación de que ahora se me juzgue y se me crucifique por todo esto. Eso no me convierte ni en mala madre, ni en mala profesional, ni me convierte en mala persona y ni muchísimo menos me convierte en una asesina.

¿Qué opina de la prensa en relación con su caso?

La prensa se ha cebado mucho conmigo, haciendo calificaciones diciendo que soy una persona fría, que soy una persona manipuladora que soy una devorahombres. Cuando yo no me considero ni mucho menos ninguna de esas calificaciones. Se han hecho unas valoraciones muy alegremente sin ninguna motivación.

¿Cómo se encuentran sus hijas? ¿Ha retomado el contacto?

Me he pasado dos años y medio sin ver a mis hijas. Ahora las veo una vez al mes y no entiendo que si alguien nos viera los felices que están cuando me ven, lo bien que lo pasamos y que nos echamos de menos. No entiendo ese trauma que se justificó durante dos años y medio y se hizo tan larga la espera de poder verlas. No logro entenderlo en qué momento se me ha tachado de mala madre para impedirme ver a mis hijas.

¿Sufren sus hijas algún trauma?

No entiendo dónde está el trauma porque si unas niñas de cuatro y seis años que tenían entonces si tienen un trauma real no estarían con la alegría que tienen de verme. Si hay un trauma real, lo hay siempre.

¿Con qué ánimo afronta el juicio?

Tengo ganas de que salga la verdad, se haga justicia real y se desmonten todas las mentiras. Poder rehacer mi vida con mis hijas, poder intentar rehacer una vida normal y tener la oportunidad de poder echar de menos a Pedro porque hasta ahora no la he tenido.