Algunas personas se juegan la vida

Varias asociaciones piden a las comunidades un protocolo de rescate de animales en situaciones de emergencia como los incendios

El contexto En incendios como los que estamos sufriendo estos días también son muy vulnerables los animales. Muchos se quedan atrapados por las llamas y, en el peor de los casos, acaban muriendo.

Imagen de un caballo de Burrolandia, la asociación dedicada al cuidado y rescate de burros y otros animales

Ángel del Valle recuerda cómo arriesgó su vida, junto a la de amigos y familiares, para sacar de un pastizal calcinado de Tres Cantos a sus 80 vacas antes de que el fuego las devorase. Por un momento, todos se vieron atrapados "entre dos lenguas de fuego", tal y como señala el ganadero y representante de UGAMA, quien expresa que, afortunadamente, pudieron "salir rompiendo vallas con los vehículos". "No piensan más que en sacar a tus animales, que es tu patrimonio", manifiesta al respecto.

El fuego cercó también Burrolandia, el hogar de decenas de animales rescatados del abandono. Los responsables y voluntarios de la asociación no pudieron acudir al rescate, pero tenían cámaras. "Durante toda la noche estuvimos pegados a las cámaras pensando que nuestros pequeños se iban, que iban a agonizar e iban a morir", cuenta Patricia Romero, miembro de la Asociación Amigos del Burro de la Comunidad de Madrid.

Sin embargo, para sorpresa de todos, Burrolandia resistió. Es la única parcela que lo hizo en varios kilómetros de tierra quemada gracias a su protocolo antincendios, que pasa por "encender los aspersores, los riegos por aspersión y los bebederos". "Tenemos muy limpios los laterales y el pasto está muy bajo", destaca Romero.

En cambio, un ganadero perdió a su rebaño de ovejas, ya que a los voluntarios que acudieron al rescate de animales se les impidió acceder por seguridad. "Nos dio mucha pena porque habiendo estado toda la noche en vilo puestos a disposición, habríamos podido ponerlas a salvo", afirma Fernando Sánchez, presidente de la Fundación Salvando Peludos.

Precisamente, ese riesgo lo corrió Mircea cuando acudió al rescate de los caballos de una hípica en la que todos perecieron. Ángel del Valle apunta al respecto que "era un amante de los animales", algo que "demostró porque en ningún momento dudó hasta el punto de dejar la vida por los animales".

Por ello, varias asociaciones piden a las comunidades autónomas un protocolo de rescate de animales en situaciones de emergencia, que pase por "tener un mapeo de los núcleos zoológicos próximos a las zonas de catástrofes y tener un plan de evacuación", tal y como indica Fernando Sánchez.

Tras el fuego, el pasto se regenera rápido, tal y como cuenta Ángel del Valle, que apostilla que los árboles centenarios se pierden. Ante esta situación, el ganadero defiende que "las políticas agrarias deberían apoyar las ganaderías extensivas". Y es que los animales limpian el monte y previenen los incendios.