El matrimonio tiene reconocida una discapacidad del 70% porque no oyen, y al no saber leer ni el lenguaje de signos, necesitan ayuda para muchos de los trámites diarios, explica Benjamín Pleguezuelo Lebrón, el hijo mediano de la familia, de tres hermanos.

Benjamín, de 43 años, fue quien descubrió que uno de sus hermanos había hecho que sus padres firmasen en 2005 un aval para adquirir una vivienda cuya hipoteca dejó de pagar al quedarse sin empleo, una deuda de cerca de 102.000 euros que Bankia busca saldar con la vivienda de 50 metros que el matrimonio adquirió en 1969.

El hijo mediano de la pareja descubrió en una carta el apercibimiento por el préstamo del banco; como sus padres no saben leer, detalla Benjamín, cuando reconocen un logotipo de una entidad bancaria o de Hacienda avisan a una vecina, que llama a los hijos del matrimonio. "No les dijo que estaban firmando un aval y las consecuencias que podría traer", recalca.

Benjamín, que tras leer la carta llamó a su hermano para saber qué había ocurrido, averiguó que no sólo una vez, sino dos, sus padres habían firmado en presencia de sendos notarios textos que desconocían. Actualmente, la familia espera el resultado de un recurso interpuesto ante la Audiencia Provincial de Madrid.