La defensa de Daniel Sancho ha optado por una línea clarísima en el juicio por el supuesto asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta: está denunciando que hubo numerosas irregularidades en todo el proceso, en especial durante su detención. Sus abogados señalan, por ejemplo, que nunca le comunicaron que era sospechoso del crimen por lo que no estuvo asistido por un abogado.

Mientras tanto la parte de la acusación, satisfecha de forma visible este jueves, ha señalado que "todo bien", y ha puesto el foco sobre una abultada de unos 250.000 euros de deuda como posible móvil del crimen. Cuestión a la que el padre de Sancho se refiere así: "¡Vaya tela! Menudas publicaciones raras". No obstante, asegura no perder el optimismo.

El juicio contra el joven español trata de recuperar el tiempo perdido con las recientes fiestas locales acelerando las declaraciones. Este jueves han declarado varios policías forenses y agentes de la comisaría de Phangan, isla tailandesa donde se produjo el crimen, y este viernes serán siete. En la sesión de este jueves, han declarado un total de seis policías, entre ellos algunos forenses que se encargaron de recoger y analizar los rastros de sangre o las pruebas de ADN.

Daniel Sancho, como acusado, ha podido preguntar a los testigos con el permiso del juez. Su padre, Rodolfo Sánchez, se ha cruzado con dos de las testigos clave de este jueves que son los policías forenses. Mientras, su defensa redobla su estrategia de incidir en las supuestas irregularidades del caso.

Carmen Balfagón, letrada del equipo de la defensa, se encarga desde España de asesorar al abogado tailandés, ha afirmado que "la actuación de la Policía ha estado llena de irregularidades y además engañó a Daniel Sancho en esos primeros momentos".

¿Por qué podría ser ilegal?

Hay que recordar que su detención podría haber sido ilegal porque cuando acudió a denunciar la desaparición del cirujano Arrieta, ya le consideraban sospechoso. Pero no se lo dijeron, ni tampoco le leyeron sus derechos hasta mucho después, de hecho.

Por otro lado, también consta que le dejaron bajo custodia con falso pretexto: supuestos problemas de inmigración. Esto se suma a que le empezaron a interrogar sin un abogado dispuesto, y le habrían engañado al prometerle, repetidamente, que se le deportaría a España si colaboraba..

Por último, también existen indicios de que las autoridades tailandesas habrían falsificado su primera confesión al transcribirla incorrectamente, y le habrían obligado a firmarla. Por eso, Aprichart Srinual, abogado tailandés de Daniel Sancho, asegura que "él ha preguntado, curioso, no nervioso, por documentos que no coinciden con lo que él vivió".