Beatriz de Vicente analiza en Más Vale Tarde el movimiento de la defensa de Daniel Sancho al acusar ahora a la policía tailandesa de manipular las declaraciones del joven: sus abogados afirman que en realidad nunca confesó haber matado a Edwin Arrieta, sino que hubo una pelea en la que se defendió de un intento de agresión sexual y que fue engañado por los agentes bajo la promesa de ser deportado. Pero, ¿puede esta estrategia acabar siendo peligrosa para el acusado?

"No entiendo una rueda de prensa en España de un crimen que se ha cometido en Tailandia y que se juzga en Tailandia", incide en primer lugar la abogada y criminóloga, que echa de menos "que un abogado tailandés nos cuente todo esto": "Medir un proceso en Tailandia con el derecho procesal y penal español no llego a entenderlo", insiste.

En cuanto a las "alternativas exculpatorias" que esgrime la defensa para justificar los elementos que Daniel Sancho compró antes del crimen -como las bolsas y el cuchillo-, la experta apunta que forman parte del "juego procesal habitual". "La diferencia es que si yo compro bolsas, cuchillos, bridas y guantes y al día siguiente no tiro los trozos de nadie, es posible que sea para un pollo, pero si al día siguiente voy con bolsas con un sujeto troceado dentro, el indicio tira más al crimen que al pollo", asevera De Vicente.

Por otra parte, la especialista cuestiona la tesis de la defensa de que Sancho firmó el documento engañado con la promesa de ser deportado: "A mí me ponen delante un documento que me dice que acepte un crimen a cambio de una deportación y no lo firmo ni bajo tormento", sentencia la letrada, que no obstante considera un "buen argumento" el de que firmó su confesión sin traducción. "Ahora bien, enséñame. Dices que hay una grabación que lo demuestra, a por ello", apostilla no obstante.

El problema, incide, es que hay "una reconstrucción que hemos visto todos" en la que a Sancho "no se le ve sometido ni coaccionado" y en la que cuenta cómo empuja y trocea a la víctima. Puedes escuchar el análisis completo de la experta en el vídeo, en el que concluye que este movimiento a su entender no tiene "ninguna" virtualidad en un proceso judicial en Tailandia y que incluso puede tener, en cambio, "posibles consecuencias negativas".