Con la presencia de las cámaras, Julián Ovejero, el presunto asesino deNajuzaith Zahell, bajaba la cabeza ante el jurado. Según su abogada, Mari Luz Floro, Ovejero está muy arrepentido y quiere que el juicio se resuelva de la forma más rápida posible, por eso "va a reconocer los hechos, porque no puede con la culpa ni con la presión y mañana reconocerá todos los hechos".

Van a pedir la libre absolución del acusado, pero de forma subsidiaria también pedirán que se le condene a cinco años de cárcel por un delito de homicidio con atenuantes de enajenación mental por drogas y arrebato. Consideran que el presunto asesino estaba bajo los efectos de sustancias.

Este lunes se ha celebrado la primera sesión del juicio del conocido como "asesino de Grindr". Se ha conformado el jurado, pero no ha dado tiempo a que declare el principal acusado. Está previsto que lo haga el martes, a primera hora, en la Audiencia Provincial de Madrid.

Sin embargo la familia de Naju, como le conocían sus amigos, no cree en ese arrepentimiento. Su abogado, Julen Martínez, de Balmaseda abogados, ha explicado a los medios que el acusado huyó de España después de cometer el crimen y permaneció escondido hasta que fue detenido: "Intentó deshacerse de todas las pruebas y huyó del país, no se entregó de forma voluntaria". Por eso piden para él una condena de 25 años por un delito de asesinato.

Julián Ovejero, de 24 años en el momento del crimen, huyó a Argentina, su país natal: "Huyó por miedo", asegura su abogada.

Así se gestó el crimen

Najuzaith tenía 35 años en 2018. Amante de la música y profesional de la informática, quedó con Julián a través de una app de citas en su piso de Carabanchel, en Madrid el 23 de febrero de 2018.

Una vez allí, según el escrito de la Fiscalía "Tras mantener relaciones sexuales, el acusado J. O. P., con la intención de acabar con su vida o a sabiendas de que podía causársela, atacó a N. Z. D. junto a la puerta de entrada de la vivienda sin que éste pudiera defenderse, de forma súbita y sorpresiva, clavándole de forma repetida y consecutiva un arma de doble filo".

Malherido, el acusado siguió apuñalándole "encontrándose N. Z. D. aún con vida, el acusado J. O. P. continuó agrediéndole con el arma con el fin de causarle el mayor sufrimiento posible, clavándosela en otras nueve ocasiones en el cuello y veinticinco veces más en el abdomen", continúa el escrito del fiscal.

Por último, no contento con la salvaje agresión y con la intención de desfigurarle la cara, se la rajó. Le hizo un "corte lineal, recto y descendente de forma oblicua cruzando nariz, hemilabio superior izquierdo y mitad izquierda del mentón.

Najuzaith Zahell, puertorriqueño afincado en España desde hacía más de ocho años, "falleció instantes después a consecuencia de una hemorragia tanto externa como interna por las sesenta y cinco lesiones provocadas por el arma blanca empleada". Su cuerpo lo localizaron al día siguiente, cuando un amigo dio la voz de alarma al no tener noticias suyas.

Tras lo ocurrido,Julián Ovejero permaneció huido de la justicia durante tres años. Se refugió en su ciudad natal, Tucumán. La Policía consiguió dar con él tras un arduo trabajo de investigación. En la casa de Naju fueron encontrados restos de ADN que pertenecían al acusado, las cámaras le grabaron saliendo del piso de Carabanchel y finalmente tras cruzar los datos y las conversaciones de la app de citas pudieron localizarle.

En enero de 2021 fue extraditado a España y prestó declaración en los juzgados de Plaza Castilla el 15 de febrero de 2022. Allí trató de justificar el crimen por su adicción a las drogas. "Había estado toda la tarde de fiesta. Consumí alcohol, cannabis, éxtasis... se me fue la mano y le hice una brecha en el cuello (...) fue un torbellino que ni siquiera.. tengo imágenes pero no sé exactamente lo que pasó, porque estaba tan ido... estaba loco realmente", explicó Ovejero ante el juez.

Aseguró que una vez ocurrió todo, vio a Naju tendido en el suelo y no supo reaccionar. "Se cayó de espaldas, se quedó allí tendido y yo tenía el arma en la mano, estaba temblando, en shock. No sabía cómo reaccionar. Un pánico que nunca había sentido en mi vida. No sabía qué hacer, lo veía todo nublado. Intenté lavarme, secarme, vestirme, agarrar mis cosas, sé que cogí su móvil (...) y luego fui a mi casa. Estuve toda la noche en vela, no sabía qué hacer", contó. Llegó incluso a llamar a su madre "mamá, me quiero volver". Solo pensaba en escapar, asegura.

En esa declaración, Ovejero pidió perdón a los familiares de Naju. "De mi parte, realmente lo siento muchísimo, porque como dije, nada de esto habría ocurrido si yo no fuera un adicto y no hubiera estado mal de la cabeza". Unas disculpas que no devolverán la vida a Naju.