Desamparo de las pacientes

La AECC pide un protocolo unificado para detectar el cáncer de mama y denuncia retrasos generalizados en el diagnóstico

¿Por qué es importante? En Andalucía, 2.000 mujeres con indicios de cáncer en las pruebas de cribado no fueron contactadas para un diagnóstico concluyente.

La AECC pide un protocolo común de cribados

Las deficiencias en el sistema de detección precoz del cáncer de mama en Andalucía han desatado una crisis sanitaria y política. La Junta admitió la semana pasada que unas 2.000 mujeres no fueron contactadas por los servicios sanitarios pese a haber obtenido resultados dudosos en sus mamografías. El caso ha destapado fallos en los procesos de cribado, un pilar fundamental en la detección temprana de esta enfermedad.

La Fiscalía Superior de Andalucía ha abierto una investigación para determinar si hubo negligencia en el cribado del sistema público de salud. La iniciativa parte de una denuncia de la Asociación del Defensor del Paciente, que acusa al Servicio Andaluz de Salud de una posible dejación de funciones.

Asimismo, el Defensor del Pueblo ha iniciado sus propias pesquisas. Paralelamente, varias afectadas valoran presentar una demanda colectiva.

En el plano político, la ministra de Sanidad, Mónica García, ha exigido explicaciones al Gobierno andaluz y ha pedido los informes de los últimos cinco años. En una carta remitida a la Junta, García ha calificado la situación de "fallo estructural" que "pone en riesgo la salud de las mujeres", y ha insistido en la necesidad de transparencia y control.

El presidente andaluz, Juanma Moreno, ha reconocido "errores" en el sistema, pero al mismo tiempo ha pedido "no poner en duda todo el programa".

"Es verdad que a veces se producen lamentablemente errores que lamentamos profundamente. Estamos poniendo todas nuestras energías e interés. Ese medio millón de cribados que hemos hecho este año va a salvar muchas vidas. Pido que no echemos por tierra un sistema sólido", ha declarado en rueda de prensa.

Unificar el protocolo

Cada comunidad autónoma gestiona de forma independiente estos programas. Ante lo ocurrido, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha reclamado de nuevo un protocolo común y la creación de una plataforma unificada de datos que permita conocer el número de pruebas, los tiempos de espera y los diagnósticos en cada territorio.

La entidad, que lleva tiempo con esta petición, advierte de que no se trata de un problema aislado de Andalucía, sino de una deficiencia que afecta también a otras comunidades. Por eso, insiste en la necesidad de crear una base de datos nacional que permita comparar la eficacia de los programas de cribado.

"Necesitamos saber qué está pasando en cada comunidad y cómo se está actuando", explica Marta Blanco, responsable de asuntos médicos de la organización. "Solo así podremos corregir las desigualdades y evitar que se repitan casos como este", añade.

Retrasos y desamparo

Los testimonios de las afectadas reflejan la magnitud del problema. Mónica Álvarez se sometió a una mamografía en octubre de 2023 y no se le repitió la prueba hasta cinco meses después. "Cuando me diagnosticaron, tenía metástasis en los ganglios. Me pregunté: 'Si me hubieran llamado antes, ¿habría metástasis?'", relata.

Encarni Leal cuenta que tras su revisión le dijeron que, si no la llamaban, "todo estaba correcto". Cuatro meses después recibió una cita urgente. "Cuando llegué y empezaron a hacerme mamografías una tras otra, pensé: esto no es normal", explica.

Las asociaciones de pacientes denuncian que los plazos establecidos en la Estrategia del Sistema Nacional de Salud no se cumplen. Este documento fija que, ante una sospecha de cáncer, no deberían pasar más de siete días hasta la primera visita hospitalaria ni más de quince hasta confirmar o descartar el diagnóstico.

"No te cogen el teléfono. Si no te llaman, te dicen que reclames la cita", lamenta otra paciente.

Con el diagnóstico y el tratamiento no terminan todos los problemas a los que se enfrentan. Pacientes con tumores de alta complejidad señalan la ausencia de centros de referencia en todas las comunidades, lo que implica traslados constantes a otros lugares del país.

"No hay ninguno en el noroeste peninsular. Tenemos que ir a Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla”, denuncia María Teresa Deus, diagnosticada de sarcoma con metástasis pulmonar.