Las intervenciones en el pleno de investidura son el ejemplo más claro del enfrentamiento entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. El presidente en funciones ha aludido constantemente a la pantomima que para él representa la candidatura de Sánchez y éste le ha recordado que fue él, Rajoy, quién rechazó la oportunidad de estar en su lugar.
Con cinco minutos de retraso y ovacionado por su bancada, Rajoy ha llegado al hemiciclo. Tenía el tiempo tasado y no ha esperado para confirmar "nuestro voto en contra de la candidatura de Pedro Sánchez".
Desde la tribuna se ha empleado a fondo en responsabilizar a Sánchez de la actual situación de bloqueo. "Le dije al rey que yo no podía porque usted no quería. No engañé a nadie, ni al rey, ni a esta cámara ni al conjunto de los españoles, a nadie" ha señalado el presidente en funciones.
Una renuncia que para el candidato socialista es el mayor fracaso de Rajoy y le ha recordado que "nos enteramos en una entrevista radiofónica que usted tenía la agenda libre, así que no nos reproche a los que durante este mes hemos estado trabajando para llegar a un acuerdo".
Pero para el presidente en funciones esas cuatro semanas han sido una pérdida de tiempo a luz de los resultados. "Viene aquí sin apoyos, sin Gobierno, esperando que los demás le arreglen lo que usted no ha querido arreglar, porque su señoría estaba pensando en algo que le importa mucho más, su propia supervivencia" ha dicho Rajoy.
Un dardo que ha dado pie al debate de liderazgos, Pedro Sánchez le ha pedido a Rajoy que "reflexione si usted se está convirtiendo en el tapón para la regeneración del PP en España". A lo que Rajoy le contestaba preguntándole "¿qué tiene que hacer usted con el peor resultado del PSOE? Es usted el tapón".
Y mientras Rajoy ridiculiza el pacto PSOE-C'S y denuncia el sectarismo del candidato, Sánchez amplía el círculo y lamenta que Podemos se haya convertido en valedor del actual inquilino de la Moncloa. Aunque Rajoy sostiene que lo que se ha inaugurado en este debate es una nueva campaña electoral.