Último adiós al pontífice

Último adiós al papa Francisco: el poder y el pueblo despiden al pontífice en un funeral histórico en Roma

Los detalles
El funeral del papa ha reunido a los más poderosos, pero también han estado representados los más vulnerables, aquellos a quienes tanto se entregó.

El ataúd del papa Francisco tras su funeral en San Pedro
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Los restos del papa Francisco descansan ya en la basílica de Santa María la Mayor tras un histórico funeral que ha convertido durante unas horas la Ciudad del Vaticano en el epicentro del poder mundial. Un último adiós que ha congregado bajo el sol a unos 400.000 fieles en la plaza de San Pedro y a lo largo de las calles del recorrido hasta su lugar de reposo final, según estimaciones de la Policía de Roma.

Una despedida austera, como había diseñado el propio Francisco, que daba comienzo, seis días después de la muerte del pontífice, con la salida del féretro de la basílica. En la ceremonia, su sencillo ataúd de madera, flanqueado entre el poder de los líderes mundiales y los cardenales, descansaba sin embargo como un pastor de cara a los fieles, a su gente.

El cardenal Giovanni Battista Re agradecía su presencia a los asistentes y encabezaba una homilíapara endulzar la melancolía con el recuerdo de la figura de un papa que ha "tocado la mente y los corazones". Varias lecturas después y con un espacio de 10 minutos para que los fieles comulgasen, llegaban las últimas bendiciones antes de partir hacia su lugar de descanso final, en un papamóvil modificado para transportar el féretro por los seis kilómetros que separan San Pedro de Santa María la Mayor.

Un recorrido que transcurría por el corazón de Roma durante más de 30 minutos, ante la mirada de quienes asistían al trayecto del cortejo fúnebre y presenciaban, así, un momento histórico. El último paso del funeral, dentro ya de la basílica de Santa María la Mayor, era la ceremonia antes del enterramiento de Francisco.

"Los últimos" se despiden del papa

La despedida del pontífice ha congregado a las personas más poderosas del mundo, pero también han estado representados los más vulnerables. Con una rosa blanca en sus manos, unas 40 personas, consideradas "los últimos" en la sociedad, se reunían en las escalinatas de Santa María la Mayor para despedirse por última vez del papa Francisco.

Personas pobres, sin hogar, presos, personas transgénero y migrantes han sido los elegidos para acompañar simbólicamente al pontífice en su camino final hacia la sepultura. "Fui la primera trans en hablar y en comer con él. Le hablé de mi vida. Y él me entendió. Me hizo sentir importante", relataba una de las invitadas. "El Papa Francisco ha sido la felicidad de toda mi vida", explicaba por su parte uno de los invitados.

Una monja, con la imagen del papa Francisco
"Los últimos" en la sociedad también se despiden del papa Francisco

Durante la homilía, el cardenal Re ha querido destacar cómo Francisco estuvo siempre "en contacto directo con las personas y con los pueblos, deseoso de estar cerca de todos, con especial atención hacia las personas en dificultad, entregándose sin medida, en particular por los últimos de la tierra, los marginados". Tampoco ha querido pasar por alto el primer viaje del papa a la isla de Lampedusa, símbolo del drama migratorio, ni la misa que celebró en la frontera entre México y Estados Unidos.

Y es que "los últimos" siempre han tenido un papel fundamental en el papado de Francisco. "No menospreciaba a nadie, sin importar tu sexo, religión, orientación sexual, género o edad. Era un hombre del pueblo. Era muy querido", le ha recordado una de las religiosas que han asistido al funeral. Porque Bergoglio era y será el papa del pueblo, de los pobres y de los marginados.