Genocidio en la Franja
"Los tanques están alrededor de la clínica": el relato de Esperanza Santos, coordinadora de MSF, tras regresar de Gaza
El contexto La organización anunció la semana pasada que se veía obligada a abandonar Ciudad de Gaza porque la situación de seguridad era insostenible.

Resumen IA supervisado
Esperanza Santos, coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras, ha dedicado 20 años a trabajar en zonas de conflicto como Siria, Yemen y Sudán. Sin embargo, su reciente experiencia en la Ciudad de Gaza ha sido especialmente impactante. Durante siete semanas, presenció atrocidades inimaginables, como el ataque de un dron que mató a cinco niños mientras recogían agua. Santos describe cómo Israel convierte las entregas de comida en "juegos del hambre", con personas armadas disparando a quienes intentan acceder a alimentos. A pesar de su compromiso, MSF y su personal tuvieron que abandonar la zona debido a la extrema peligrosidad. La situación en Gaza es crítica, con más de 66.000 palestinos asesinados y 150 niños muertos de hambre.
* Resumen supervisado por periodistas.
Esperanza Santos ha pasado 20 años trabajando en todas partes. Como sanitaria, ha estado en zonas de conflicto como Siria, Yemen o Sudán, pero ahora traga saliva al hablar de Gaza, de donde acaba de regresar. Allí, durante siete semanas ha visto algunas de las atrocidades más crueles que se pueden imaginar.
"Un dron con explosivos estaba persiguiendo uno de esos objetivos (…) La tercera vez que lanzó uno de esos explosivos, era una rampa de agua. Había cinco niños cogiendo agua en ese momento. Los cinco niños, muertos", relata la coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras. Acaba de regresar a España tras acabar su misión, basada la mayor parte del tiempo en Al Mawasi, y durante la cual ha podido visitar Ciudad de Gaza.
Ella ha presenciado cómo Israel convierte las entregas de comida en perversos juegos del hambre, donde "el más fuerte es el que va obtener la comida" y "si estás esperando la señal y avanzas antes, mueres", con "gente armada que dispara a la gente que está intentando acceder a esa comida".
La organización se ha visto obligada a abandonar la capital de la Franja ya que, aunque el personal sanitario "ha estado viviendo y durmiendo en la clínica" con tal de salvar vidas, MSF no puede permitir llevar a su personal casi al suicidio. "Llega un momento en que los tanques están alrededor de la clínica", relata.
Y es que no se puede puede mantener un centro sanitario abierto como lugar seguro cuando Israel está usando sus accesos e instalaciones como campo de guerra. El Ejército israelí, entretanto, sigue matando: la cifra de palestinos asesinados asciende ya a más de 66.000, mientras que son ya 150 los niños que han muerto de hambre en el enclave palestino.
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