El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha utilizado su cuenta personal de Twitter para acusar a las redes sociales de censurar la voz de "millones de personas" y ha instado a estas empresas a dejar que sea el pueblo el que decida "qué es real y qué no".

"Los gigantes de las redes sociales están silenciando a millones de personas. No pueden hacer algo así, incluso si ello implica que debemos seguir escuchando a medios falaces como 'CNN', cuyos índices de audiencia se han resentido gravemente. La gente debe decidir qué es real y qué no, ¡sin censura!", ha escrito el mandatario.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos

Aunque Trump no cita ninguna empresa en concreto, su protesta se produce después de que Google anunciara la eliminación de 58 cuentas de YouTube, Blogger y Google+ presuntamente vinculadas a Irán e involucradas en campañas de desinformación.

Además, esta semana Facebook y Twitter desvelaron que habían desactivado cientos de cuentas en sus redes sociales supuestamente relacionadas con Irán y que, bajo identidades ocultas, difundían bulos y otros contenidos con la intención de divulgar información falsa.

El director de redes sociales de Trump tuitea un vídeo falso del huracán Irma en el Aeropuerto Internacional de Miami

No es la primera vez, sin embargo, que el presidente carga contra las redes sociales a lo largo de las últimas semanas. El pasado 7 de agosto, Facebook, YouTube, y Spotify decidieron retirar de sus plataformas la programación de Alex Jones, un popular comunicador conocido por emplear su programa, 'Infowars', para difundir teorías conspirativas que tienen generalmente al partido demócrata en el punto de mira.

El presidente reaccionó a aquella decisión acusando a "las redes sociales de masas" de discriminar "las voces republicanas/conservadoras". "No dejaremos que esto ocurra. Están acallando las voces de mucha gente de derechas", escribió entonces Trump, quien no obstante admitió que algunas de estas opiniones eran "buenas y otras malas".

Donald Trump y Barack Obama

Curiosamente, el mandatario vive una intensa relación de amor/odio con las redes sociales, a las que recurre a diario para expresar sus opiniones pero que también le han provocado algún que otro disgusto, como cuando un tribunal de Nueva York le obligó a dar marcha atrás a su decisión de bloquear a algunos usuarios críticos.

Aquella sentencia, dictada el pasado mes de mayo, consideraba que bloquear usuarios de su cuenta personal de Twitter, que el propio mandatario ha convertido en "un foro público", constituía "un punto de discriminación que viola la Primera Enmienda". El presidente recurrió esa decisión judicial.