Un ataque a la presa Nova Kajovka, situada en la región ocupada de Jersón, está provocando una inundación masiva que amenaza a al menos 80 localidades y podría afectar al abastecimiento energético de la planta nuclear de Zaporiyia. Por el momento, Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de la destrucción de la presa, y mantienen versiones muy diferentes sobre sus posibles consecuencias.

La agencia estatal de energía atómica de Ucrania afirma que la destrucción de Kakhovkadam en el sur de Ucrania representa una amenaza para la planta de energía nuclear, aunque reconocen que la situación en la instalación está bajo control. El organismo de control nuclear de la ONU, la Agencia Internacional de Energía Atómica, ha asegurado en Twitter que estaba monitoreando de cerca la situación, pero que "no había ningún riesgo de seguridad nuclear inmediato en (la) planta", que también se encuentra en el sur de Ucrania.

Según ha asegurado el jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi, en un comunicado, la planta de energía nuclear de Zaporiyia debería tener suficiente agua para enfriar sus reactores durante "algunos meses" de un estanque ubicado sobre el embalse de una represa que ha estallado. En este sentido, ha hecho un llamamiento a que el estanque se respete: "Por lo tanto, es vital que este estanque de enfriamiento permanezca intacto. No se debe hacer nada que pueda socavar su integridad. Hago un llamado a todas las partes para que se aseguren de que no se haga nada para socavar eso".

La central nuclear de Zaporiyia obtiene su agua de refrigeración del depósito atacado, por lo que a pesar de que no exista un riesgo inmediato, aún se evalúa cómo afectará su destrucción. "El agua del embalse de Kakhovka es necesaria para que la estación reciba energía para los condensadores de turbina y los sistemas de seguridad de la ZNPP (planta de energía nuclear de Zaporiyia)", dijo Energoatom en un comunicado en la aplicación de mensajería Telegram.

Las explosiones también han desatado inundaciones en un área que ahora es una zona de guerra, según las fuerzas ucranianas y rusas, que se culpan mutuamente por la destrucción. Desde Ucrania afirman que Rusia habría volado la presa para tratar de frenar la contraofensiva ucraniana.

Energeatom ha asegurado que el nivel del agua del embalse de Kajovka estaba bajando rápidamente, lo que representa una "amenaza adicional" para las instalaciones ocupadas por Rusia, la planta de energía nuclear más grande de Europa, que ambas partes se culpan mutuamente por los bombardeos.

"En este momento el estanque de enfriamiento de la estación está lleno: a las 8:00 am, el nivel del agua es de 16,6 metros, lo cual es suficiente para las necesidades de la estación", han expuesto tras afirmar que "actualmente, la situación en la ZNPP está bajo control, el personal ucraniano está monitoreando todos los indicadores".

En cambio, desde la compañía estatal de energía nuclear de Rusia, Rosatom, han asegurado que la ruptura de la presa no supone una amenaza para la planta nuclear de Zaporiyia, controlada por Moscú. El director de la planta nuclear de Zaporiyia, ocupada por Rusia desde marzo de 2022, ha insistido en que no existe riesgo para la seguridad de la instalación en un comunicado en Telegram.