Los trabajadores de confección en Bangladesh han rechazado un aumento en el salario mínimo, diciendo que aún no es suficiente para seguir viviendo y han instando a las marcas de ropa de todo el mundo a que paguen más por las prendas que compran, según han informado los sindicatos.

Bangladesh elevó el salario mínimo en más del 50% la semana pasada a 8.000 taka, alrededor de 81,73 euros, al mes, el primer aumento desde 2013. "Los nuevos salarios anunciados no son suficientes para que los trabajadores vivan una vida decente", ha señalado el coordinador de campo de IndustriALL Global Union, Raisul Islam Khan.

"Los trabajadores solicitan 16.000 takas. No están contentos y muchas organizaciones están hablando de una huelga indefinida si no se reconsideran los salarios", ha señalado Khan a la Fundación Thomson Reuters.

Los trabajadores se encuentran entre los peores pagados del mundo, según el informe de compensación publicado por la Asociación de un Trabajo Justo en abril. El ingreso en horas extras representa el 20% de su salario, según el informe, y la mitad de los trabajadores trabaja más de 60 horas a la semana a pesar del impacto en su salud.

"La decisión de aumentar los salarios a los trabajadores de la confección en Bangladesh es un paso alentador, aunque largamente esperado, en la dirección correcta", ha afirmado Sharon Waxman de la FLA, añadiendo que la lucha por salarios justos continuará.

Los sindicatos también aseguran que los objetivos de producción no deberían aumentarse después del aumento salarial, que muchos dueños de pequeñas y medianas empresas sostienen que es una "carga" que puede llevar al cierre de los departamentos.

"Después del último aumento de sueldo en 2013, nos dimos cuenta de que muchas fábricas aumentaron la producción objetiva para los trabajadores y la presión laboral se incrementó enormemente", ha recalcado el secretario general de Sommilito Garments Sramik Federation, Nahidul Hasan Nayan, que apoya a los sindicatos.

Khan ha asegurado que la situación ha mejorado desde el colapso del complejo Rana Plaza en 2013, que acabó con la vida de 1.136 trabajadores de la confección, pero ha señalado que las marcas de moda tienen el deber de hacer algo más.

"Las marcas tienen que intensificar y pagar más por la ropa que están comprando", ha afirmado. "Después del desastre de Rana Plaza, la industria de fabricación de prendas de vestir y minoristas de Bangladesh ha realizado grandes esfuerzos para cumplir con los estándares internacionales. Ahora las marcas internacionales deben mostrar su compromiso con los trabajadores", ha aseverado.