Cuando le preguntan al consejero delegado de Tesla y dueño de la red social X, Elon Musk, qué es para él la Inteligencia Artificial (IA), su definición es muy sencilla. Para el magnate multimillonario, es "la fuerza más disruptiva de nuestra historia", la primera creación humana "más inteligente que el humano más inteligente". Por eso es tan urgente para él, como para los principales líderes mundiales reunidos estos días en Reino Unido, regularla.
Aunque antes de asistir a la cumbre en cuestión publicara esto en su red social, Musk no ha dudado en dar su opinión al mundo sobre la Inteligencia Artificial. Para él, la mejor solución para poder controlarla es la misma que la que aparece, por ejemplo, "en una película de James Cameron", ha bromeado: "un botón físico de apagado".
Al ser preguntado por el primer ministro británico, Rishi Sunak, por los cambios que ofrece la IA al mercado laboral, su visión ha sido casi tan extremista como surrealista. Para Musk, "llegará un momento en el que no haga falta ningún empleo. Podrás tener un trabajo si quieres tener un trabajo por satisfacción personal. Pero la IA será capaz de hacerlo todo". Seguidamente a esto, ha añadido que no sabe "si esto incomoda o no a la gente".
No volver a trabajar, ¿gracias, o por culpa de la IA?
Es el melón que han abierto sus declaraciones. ¿Qué sistema productivo nos queda si desaparece nuestra principal fuente de ingresos? ¿Habría que pensar de cero en un modelo económico? Hemos preguntado a David Boronat, presidente de 'Multiplica', para ahondar en las claves de este posible cambio que, para él, de primeras implica "mucho pensar". "Lo primero que va a hacer la Inteligencia Artificial es hacernos más productivos", asegura, "pero luego a muchos nos va a hacer prescindibles".
Boronat afirma que "la mitad de las tareas que hoy en día hacemos, se podrán automatizar en los próximos siete años". No solo eso, sino que prevé que "en los próximos quince, o veinte años, muchas de las cosas que hacemos, las podrá hacer una máquina". Pero para él, "eso no significa que el trabajo vaya a desaparecer". No todo, al menos.
Su apuesta por el modelo laboral de futuro pasa por "reflexionar sobre si las máquinas tienen que empezar a tributar, como lo hacemos el resto, para conseguir un equilibrio que dé oportunidades a personas que lamentablemente, se van a quedar sin trabajo".
Según 'The Economist'
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